Vislumbres de Luz
En Romanos 13:11-12, leemos: “Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está muy avanzada y ya se acerca el día”. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz…
Este pasaje bíblico de Romanos es uno de los que se lee a menudo en las iglesias de todo el mundo en esta época del año. Es un pasaje común en el leccionario de Adviento.
Me encanta esta imagen…la noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Hay ecos de la mañana de Pascua…Ya casi es el amanecer…Casi se puede sentir la nueva vida estallando a través de la fría corteza invernal del viejo mundo. Hay una anticipación de la venida de Cristo.
También es interesante que este pasaje siempre esté acompañado de una lectura del profeta Isaías, quien nos da una visión del reino de Dios que viene en un sentido más pleno. Aquí tenemos una visión de Dios sanando, restaurando y renovando toda la creación. El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito…rebosará la tierra con el conocimiento del Señor…No harán ningún daño ni estrago en todo mi monte santo. (Isaías 11:1-10)
Cuando los primeros Cristianos leyeron nuevamente estos pasajes de Isaías, se dieron cuenta que: este es el reino del que habló Jesús. Este es el Reino que Jesús dijo que vendría…
Para Pablo y para estos primeros Cristianos, existía la creencia y la esperanza de que Cristo regresaría y que, cuando eso sucediera, el reino de Dios llegaría en su sentido más amplio. Ellos creían que lo que Dios comenzó en Cristo comenzó en aquella primera mañana de Navidad, Dios un día lo completaría. Y aunque este reino todavía no está aquí en su plenitud, está comenzando a aparecer. Hay vislumbres, incluso ahora.
A veces parece como si nosotros los humanos estuviéramos programados para percibir lo malo. Nuestros cerebros se aferran a los peligros potenciales. El miedo y la ansiedad son comunes. Los medios de comunicación no ayudan. Ellos saben lo que se vende. Pero en verdad no tenemos que mirar muy lejos para ver a las personas y los lugares donde el Espíritu de Dios está vivo y obrando.
A medida que avanzamos en esta Temporada Santa, los invito a que afinen sus ojos y miren a su alrededor para notar este reino que está llegando. Permitan que la belleza y el bien del mundo penetren profundamente en sus propias almas. Y denle alabanza.
Oremos: Dios misericordioso, te damos gracias por la promesa de la Navidad: que la luz brilla en la oscuridad y la oscuridad no puede vencerla. Danos ojos para ver y corazones para responder; a través de Jesús nuestro Salvador. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!