Viendo las Cosas hasta el Final
Hay una gran historia en el Segundo Libro de los Reyes, capitulo 2 (versículos 1-14) acerca del anciano profeta Elías. En esa etapa, Elías había estado siguiendo y siguiendo. Sabía que se acercaba al final de su vida. Y su discípulo, Eliseo estaba a su lado.
Lo interesante es que tres veces Elías le ruega a su discípulo que lo abandone y las tres veces Eliseo se niega. Dos veces los profetas interrogan a Eliseo, preguntándole si sabía de la partida de Elías. En ambas ocasiones Eliseo responde que sí, pero termina el cuestionamiento y continúa siguiendo a su mentor.
Lo único que puedo pensar es que Eliseo debe tener un profundo sentido de llamado a esto. Debe haber sentido en lo más profundo que Dios lo había llamado a seguir a su mentor hasta el final – a tomar el manto y llevarlo adelante. Ya sea que haya escuchado la voz de Dios claramente como una campanada – o la haya sentido más como un tirón en el corazón o un estímulo en el alma, aquí tenemos a un hombre que tiene sentido de lo que puede hacer personalmente. Él no puede hacerlo todo. Pero sabe que quiere hacer lo que hizo Elías. Él quiere transmitir sus palabras, su tradición y su fe a la próxima generación.
Y puedo imaginarlo pensando: Voy a perseverar. Voy a llegar hasta el final. No lo sé con seguridad, pero voy a confiar en que Dios me usará para lograrlo…
Sospecho que muchos de ustedes saben algo sobre esto. Que de alguna manera han sentido un verdadero llamado a hacer lo que sea que puedas hacer. Y al mismo tiempo, también me imagino que habrá momentos en los que habrás preguntado: ¿qué diferencia hace esto? Me imagino que habrá habido momentos en los que tal vez hayan pensado que ya están ocupados en tantas cosas. Sin embargo, se han mantenido firmes. Se han mantenido fieles.
Mi oración de hoy es que recibas una medida extra de la gracia y bendición de Dios. Y que sea cual sea el llamado que Dios haya puesto en tu corazón, que puedas encontrar en él su Espíritu fortalecedor y la fuerza para continuar.
Oremos: Hoy te doy gracias, Oh Dios, por tu llamado a cada una de nuestras vidas, por las oportunidades de tocar el mundo que nos rodea con tu amor y gracia. Te doy gracias por quienes han escuchado tu llamado y por quienes han permanecido fieles. Por favor, continúa sanándonos y renovándonos para que seamos canales de tu paz. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!







