Valor, Guía y Fortaleza
En una de las tiras cómicas de Calvin y Hobbes, Calvin entró en la sala de estar donde su padre estaba sentado en una silla leyendo. Calvin anuncia: “He concluido que nada malo que hago es mi culpa.” La curiosidad de papá alcanzó su punto máximo, por lo que papá dice: “¿Oh?”
Calvin continua: “¡Correcto!” ¡Siendo joven e impresionable, soy la victima indefensa de innumerables malas influencias! Una cultura malsana satisface mis valores no desarrollados y me empuja a cometer malas conductas. ¡No me hago responsable de mi comportamiento! ¡Soy un peón inocente! Es culpa de la sociedad.” Papá no está del todo impresionado y dice: “Entonces necesitas fortalecer más tu carácter. Ve a palear la nieve de la entrada.”
En la última escena, Calvin está paleando nieve y se queja: “Estas discusiones nunca van a donde se supone que deben ir.”
Al igual que Calvin, cuando las cosas se desmoronan, tenemos la tentación de buscar a alguien a quien culpar. Siempre me encuentro haciéndolo todo el tiempo. Es parte de la naturaleza humana – ¡Solo mira de nuevo la historia de Adán y Eva! Sin embargo, como la mayoría de nosotros hemos experimentado, desviar la culpa rara vez resuelve algo. Y en el peor de los casos, nos impide crecer, adaptarnos o aprender.
En su primera carta a los Corintios, el Apóstol Pablo escribió: “Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter, la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda …”
En lugar de desviar la culpa, que tú y yo enfrentemos nuestros problemas y pruebas de frente, pidiéndole a Dios guía, valor y fortaleza.
Oremos: Dios Santísimo, pedimos una oleada de esperanza para que, en medio de las alegrías y problemas de la vida, sepamos, sin lugar a duda, que tú estas presente, que tú estás con nosotros y que eres fiel. Ahora te entregamos a ti cualquier asunto confuso o problemático que enfrentemos – y pedimos tu misericordia y tu orientación Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!