Una Carta

Una Carta

En su segunda carta a los Corintios, el Apóstol Pablo escribió:

«Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.» (2 Corintios 3:2-3)

Ayer reflexionamos sobre la pregunta: Si tu vida es una carta, la carta de amor de Cristo al mundo, ¿quién te ha ayudado a preparar esa carta?

Hoy, quiero recordar a un par de personas más que han influido positivamente en mi vida.

Pienso en una joven estudiante a la que le daba clases en Jamaica, que tenía una fe profunda. Muchos de mis alumnos llegaban a la escuela con hambre. Muchos vivían en casas con pisos de tierra y sin agua potable. Ella era una de ellas. Sin embargo, a menudo la veía compartir la poca comida que tenía con los niños más pequeños. Recuerdo que me decía con toda sinceridad que, entre todas las personas, ella era tan bendecida. Ella tenía una luz interior, una alegría interior. Y recuerdo haber pensado: Quiero vivir así…

Y también recuerdo unos años antes, cuando ensañaba en una escuela secundaria en Carolina del Norte. En ese momento de mi vida, llevaba varios años alejado de la iglesia y cultivé una amistad con otro profesor. Solíamos surfear juntos. Recuerdo haber notado que él solía pasar las tardes y los fines de semana asesorando a jóvenes, asistiendo a grupos juveniles, partidos de fútbol y obras de teatro. Y no era porque recibía un salario extra; no lo recibía.

Recuerdo que le pregunté por qué. ¿Por qué haces esto? Y él dijo: Sabes que la adolescencia puede ser muy difícil. Y con todo lo que están pasando, sé que les cuesta encontrar un lugar donde sentirse aceptados tal como son. Y si no lo encuentran, seguirán buscando. Quizás piensen que lo encontrarán en el alcohol, las drogas o en las personas equivocadas. Joe, creo que Dios los ama y los acepta sin condiciones. Y no puedo simplemente decírselos, tengo que demostrárselos.

Recuerdo que pensé: Si eso es seguir a Jesús, ¡me apunto!

Si mi vida es una carta siendo escrita por Cristo…hay muchos a lo largo del camino que han ayudado a prepararla. Y estoy seguro de que eso también aplica a ti.

Si nuestras vidas son una carta, siempre nos enfrentamos a la pregunta: ¿qué quieres que diga? Y ¿A quién quieres permitirle moldearla?

Oremos: Dios de gracia, te damos gracias hoy por las personas que han influido positivamente en nuestras vidas y por quienes, incluso ahora, contribuyen a moldear nuestra fe. Concédenos también recordar a quienes nos admiran; por Jesucristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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