¿Quién Yo? ¿Jesús?
El otro día estaba dirigiendo la capilla con los niños de preescolar de nuestra iglesia. A medida que las clases finalizaban, uno de los niños de 5 años me llamó. Cuando me acerqué, dijo: “Jesús estuvo aquí hoy.” Me sorprendió y dije: “¿Cómo se veía Jesús? ¿Qué estaba haciendo?” el niño señaló el órgano y dijo: “Él estaba tocando música.”
Resulta que “Jesús” era Tim Hess, el organista de una iglesia vecina y amigo de nuestra congregación. Él estaba practicando para un funeral con el que estaba ayudando ese mismo día. Por supuesto, tuve que compartir con Tim la noticia de su ascenso. Él objetó y no podía creer que alguien – incluso un pequeño niño – podría confundirlo con Jesús. La mayoría de nosotros sentiría lo mismo. “¡No hay forma de que me confundas con Jesús!”, podríamos bromear.
Pero, la cosa es que la gente lo hace. Y no solo los niños. Cuando pasamos tiempo en una iglesia, hay personas que asumen que somos Jesús: O, al menos, asumen que somos muy parecidos a él. Y, si resulta que no lo somos, están desconsolados.
No parece justo que debamos cumplir con ese estándar y tener tanta responsabilidad. Somos humanos, no ángeles, y no cumplimos con algunas cosas una y otra vez. Pero esta es una responsabilidad que se nos ha dado. Las personas necesitan a Jesús y debemos hacer todo lo posible para “ser” Jesús para ellos. Como mínimo, debemos reconocer que esta es una responsabilidad que tenemos si nos hacemos llamar Cristianos.
Para tener éxito en nuestros esfuerzos, no depende de nosotros ser sorprendentes, sino que depende de nosotros ser lo suficientemente humildes como para compartir que el Espíritu Santo obre a través de nosotros. Y qué regalo el que hemos recibido. Imagínense si alguien viene a nuestra familia de la iglesia y anuncia a sus amigos: “Jesús estuvo allí hoy.”
Que su amor y gracia te dominen este día para que puedas ser más de lo que eres; para que tú también puedas ser él.
Oremos: Señor, te agradecemos que nos llames para ser tu cuerpo en este mundo. Ayúdanos a ser cada vez más como tú para cuando las personas nos vean, ellos también puedan vislumbrarte. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!