Proclamar, Cantar Alabanzas, Regocijémonos

Proclamar, Cantar Alabanzas, Regocijémonos

El Salmo 105 comienza:

Den gracia al Señor, invoquen su nombre;
Den a   conocer sus obras entre las naciones.

Cántenle, entónenle salmos;
Hablen de todas sus maravillas.

Siéntanse orgullosos de su santo nombre;
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.

No sólo aquí en el Salmo – sino en todas las escrituras, hay una sensación de entusiasmo, una chispa de vida que no se puede retener. En un sentido amplio, nuestras escrituras son historias y poesías que nombran lo que Dios está haciendo y alabar por lo que Dios ha hecho.

A veces las personas intentan reducir la Biblia a un libro de reglas. Pero no es eso. Fue escrito por personas que nos dicen que su fe hace una diferencia, que el Dios que adoran hace una diferencia. Es mayoritariamente evangélico, intentando compartir con nosotros buenas noticias, intenta abrir nuestros ojos a la obra de Dios en el mundo que nos rodea.

Se cree ampliamente dicho salmo fue escrito mientras la comunidad de fe vivía en el exilio en Babilonia. De hecho, si leyéramos dicho Salmo hasta el final, contaría la historia del Israel primitivo. Vuelve a contar la historia desde Abraham hasta el Éxodo, fuera de Egipto, Dios guiando, Dios rescatando, Dios Salvando. Es poesía y es muy posible que haya sido cantada o exclamada en adoración desde una época muy temprana.

Ahora sólo tengo que imaginar que hubo personas en el exilio que escucharon estas palabras, esta poesía, esta canción y sintieron cierta ansiedad; me imagino que había personas preocupadas por su situación y que se preguntaban: “¿En qué clase de mundo crecerán nuestros hijos? ¿Cómo serán sus vidas?”  Tengo que imaginar que había personas que anhelaban curarse: ¿será este diagnóstico, esta enfermedad, este divorcio, este problema llegar a tener la última palabra en mi vida? O ¿Hay esperanza?

Y tengo que imaginar que cuando este Salmo era leído en voz alta o cantado por una congregación, las personas escucharían su abrumador tono de alegría; ellos escucharían el testimonio de la comunidad durante mil años; ellos escucharían este poderoso recordatorio de que Dios se había movido en sus vidas en el pasado; un recordatorio de que adoramos a un Dios que rescata, que redime, que salva. Y tengo que imaginar que estas historias, estas palabras tendrían que darles una medida de esperanza…

Pero este Salmo también hace algo más. También les recordó, y nos recordó a nosotros, que tenemos el mismo poder de llevar esperanza con nuestras propias palabras y nuestras propias historias.

El Apóstol Pedro escribió una vez: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.” (1 Pedro 3:13-22)

Me pregunto qué esperanzas tienes dentro de ti…Me pregunto cuándo y cómo Dios ha tocado tu vida…Me pregunto si puede haber alguien que esté buscando una cuenta de la esperanza que hay dentro de ti…si hay una historia que tienes que contar.

Oremos: Dios, danos ojos para ver tu mano obrando en nuestras vidas, ahora y en el pasado. Y al abrir nuestros ojos, que podamos dar gracias, regocijarnos, cantar e incluso encontrar palabras que cuenten nuestra historia. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

Biografía

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