Peregrinaje

Mientras me preparaba para mi año sabático, el verano pasado, estuve pensando mucho en el concepto Cristiano de la peregrinación.

Leí este libro hace varios años llamado, The Way is Made by Walking (Se Hace Camino al Andar). Esto fue escrito por una persona que recorrió todo el Camino de Santiago – una peregrinación antigua, pero también muy actual en el norte de España. Finaliza en la Catedral de Santiago.

Otro autor, John Philip Newell, escribió sobre un tipo de peregrinación completamente diferente, la antigua práctica Celta de la peregrinación – el cual es simplemente una peregrinación que se realiza sin saber con certeza el destino final. ¡Solamente empiezas a caminar!

Él escribió: “(La Peregrinación) a menudo implica zarpar de la tierra natal de uno como peregrino, de lo que era conocido y cómodo a lo que era desconocido y retador. (Eso) a veces se describía como “buscar el lugar de la propia resurrección,” dejando lo familiar para experimentar un nuevo nacimiento, muriendo a los límites y la seguridad del hogar para estar vivo en lo que uno nunca había imaginado antes.”

Por supuesto, una peregrinación no siempre implica un viaje físico, ¿verdad? Durante mucho tiempo ha sido una metáfora del camino de la fe. ¿Alguna vez has tenido la sensación de que Dios podría estar llamándote a realizar algún tipo de peregrinación?

Quizás estás siendo llamado a ir a un lugar más profundo dentro de tu fe. O tal vez, estás siendo llamado a sanar o transformar lo que se ha endurecido o herido dentro de ti. O podría ser un llamado para involucrarte al mundo creativamente de alguna manera nueva…para crecer, servir o dar para satisfacer las necesidades que Dios ha puesto en tu corazón.

Y tal vez sea la chispa que se desencadena al escuchar la historia de otra persona. Tal vez se está motivando por algo que hemos escuchado o visto. O puede tener un llamado que surge de una profunda sensación de pérdida y sientes la necesidad de responder – un momento en el que piensas: Alguien debería hacer algo al respecto…O, tengo que hacer algo para darle sentido a esto o para redimir esto.

 Mi oración para cada uno de ustedes, en cualquier etapa de la vida en la que te encuentres, es que siempre estén abiertos al llamado de Dios. Que siempre estés abierto a cualquier peregrinación de cuerpo, mente o alma a la que Dios pueda guiarte a continuación.

Oremos: Te damos gracias, Oh Dios, por tu llamado a nuestras vidas. Que nuestros sueños y anhelos estén siempre en sintonía con los tuyos. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!