Paz en la Tierra, Buena Voluntad para Todos
Una de mis canciones de Navidad favoritas es del poema de Henry Wadsworth Longfellow, “Oí las Campanas por Navidad”
Luego de cada boca negra y maldecida,
Los cañones tronaron en el Sur,
Y con el sonido
Los Villancicos se ahogaron
¡De paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!
Y en desesperación bajé mi cabeza:
“No hay paz en la tierra,” dije,
“Porque el odio es fuerte
Y se burla de la canción
¡De paz en la tierra los hombres de buena voluntad!
Luego, repicaron las campanas más fuertes y profundas:
“Dios no está muerto, ¡tampoco duerme!
El Mal fallará,
El Bien prevalecerá
“¡Con paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!”
Longfellow escribió el poema el día de Navidad en 1863 y reflejaba la angustia de la guerra civil. Sin embargo, finaliza con palabras resonantes de esperanza – la misma esperanza que necesitamos escuchar desesperadamente en nuestros días y nuestra época. Al leer los titulares de la guerra y el terror y la corrupción que podamos oír las campanas repicar más fuertes y profundas. Y que podamos aferrarnos a la esperanza Navideña que el día se acerca en que habrá paz en la tierra y buena voluntad para todos.
Oremos: Recordamos el día de hoy, Oh Dios, que lo que comenzaste en la mañana de Navidad en Jesús, podrás algún día llevarlo a término. Anhelamos el día en que no haya más guerra, no más pobreza, no más relaciones rotas. Anhelamos el día en que limpiarás cada lágrima de nuestros ojos y tu paz reinará. Hasta ese día, ayúdanos a vivir profundamente en tu esperanza Navideña; a través de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!