Paciencia en las Tribulaciones
En el libro de Romanos, Pablo escribe: “Muestren paciencia en las tribulaciones…”
Eso no siempre es fácil, ¿verdad? Hace varios años había una historia en el periódico Reader’s Digest (Asimilación del Lector) acerca de un vehículo que se quedó averiado en una intersección, con mucho tráfico, justo cuando la luz cambió a verde. Por su puesto, el vehículo averiado ocasionó una larga fila de vehículos detrás del automotor. Obviamente alterado, el hombre que conducía el vehículo salió apresuradamente y levanto el capó para buscar el problema. Mientras lo hacía, el conductor del vehículo detrás de él comenzó a sonar su bocina.
El bocinazo persistió mientras el conductor del vehículo averiado continuaba buscando sin éxito el problema. Finalmente, se acercó y habló con el impaciente motorista detrás de él. “Si arreglas mi vehículo,” dijo tranquilamente, “con todo gusto continuaría sonando la bocina por usted.”
Podemos identificarnos con la situación, ¿verdad que sí? Con qué frecuencia oramos: “Señor, dame paciencia, y dámela ahora.”
“Muestra paciencia en las tribulaciones…”
Hace algún tiempo, Gabe Goodman, el pastor principal de nuestra iglesia, en ese tiempo, nos recordó que los primeros Cristianos sabían lo que era la tribulación. Habían sufrido todas las persecuciones imaginables, pero no renunciaron a su fe.
Algunos de ustedes, también saben lo que es la tribulación. Es posible que hayan tenido problemas familiares, problemas emocionales o problemas físicos. Y has orado, has llorado, has pedido ayuda de alguna parte. Es tremendamente difícil confiar en Dios en momentos como esos. Pero, tal y como sabía el Apóstol Pablo, Dios es la única esperanza que tenemos.
El día de hoy oro por ti, por tu paciencia – en pequeñas situaciones en el trabajo, en casa, en el camino, y por paciencia en las circunstancias más grandes que te rodean. En tu espera y búsqueda, que la paz y el valor de Dios te llenen de esperanza.
Oremos: A veces, Oh Dios, es difícil esperar respuestas a nuestras oraciones. En nuestras luchas diarias necesitamos tu fuerza. Debemos ser recordados que eres bueno y que estás con nosotros. Concédenos la paciencia y el valor que necesitamos para este día.
Oramos hoy especialmente por los hombres y mujeres que laboran o laboraron en el ejército – algunos de los cuales están enfrentando una verdadera tribulación dramática. Oramos con ellos y por ellos, por tu protección. Y, anhelamos con ellos, por el día en que todas las guerras cesen y que tu paz reine. Por Jesús nuestro Salvador. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!