Las Sobras
Espero que hayan tenido un maravilloso día de Acción de Gracias el día de ayer, y que hayamos podido celebrar con amigos, la familia y buena comida. El día de hoy, me imagino que puedes estar disfrutando algunas sobras. Mi favorito es un sándwich de pavo con pan planco y mayonesa casera, lechuga, sal y mucha pimienta. Si hay algún relleno sobrante, ¡eso es bueno también! En nuestra casa, siempre hacemos uso de las sobras.
Podrás recordar que después del milagro cuando Jesús alimentó a 5,000 personas con panes y peces, él junto todas las sobras. Lo hizo de nuevo después de alimentar a 4,000 más. A menudo me pregunto sobre ese curioso detalle hasta que mi amiga Laurie Furr-Vancini, una vez, dio un sermón sobre esto. Ella dijo que Dios no desperdicia nada. Dios recoge los pedazos y los pone en uso – incluso los pedazos rotos de nuestras vidas.
A veces nos sentimos destrozados, y se siente como si los pedazos rotos de nuestras vidas se encuentran dispersos en el suelo. En esos momentos es difícil creer que Dios está obrando, recogiendo las piezas e incluso empezando a poner las piezas juntas.
Tal vez puedas concluir que a media que Dios junta las piezas rotas, algo nuevo e incluso hermoso puede emerger. Dios puede sacar algo bueno de algo no tan bueno. Dios puede usar incluso nuestros fracasos, nuestras heridas, y nuestros errores para fortalecernos, y empoderarnos para fortalecer a los demás. Dios es el Dios de la redención, y el Dios que no desperdicia nada.
Nuestra oración de hoy fue escrita por el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador del Ministerio Dial Hope (Digita Esperanza). Oremos: Oh Dios de todas las cosas preciosas, que escucha nuestro dolor aun cuando las lágrimas bloquean nuestras palabras, crea en nosotros un corazón sonriente y de esperanza. En un mundo que avanza rápido, que tu Espíritu de consuelo detenga la ansiedad de aquellos quienes viven con enorme presión y estrés; que llene el vació que deja las pérdidas y vidas solitarias. Cuando nuestros días se sientan áridos y el color se ha ido de la vida, tenemos miedo, porque no hay nadie a quien recurrir. Te agradecemos por el indicio de tu amor incondicional en Jesucristo, un amor que no conoce fin y que no nos abandonará. Tú eres el que camina hacia nosotros cuando el resto del mundo se aleja. Gracias Señor. Por lo que oramos en el nombre del Príncipe de Paz, nuestro Señor Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!