La Necesidad de Sentirte el Centro de Todo
Hay una historia sobre una madre haciendo panqueques para sus dos hijos, de 4 y 6 años. Los muchachos comenzaron a discutir sobre quién obtendría el primer panqueque. Su madre vio la oportunidad de una pequeña lección Cristiana. “Si Jesús estuviera sentado aquí, él diría: “Deja que mi hermano tenga el primer panqueque, yo puedo esperar.” Así que el hermano mayor miró al hermano menor y le dijo: “¡OK Ryan, tú sé Jesús!”
¿No es así la forma en que funciona? Los domingos, cuando estamos en la iglesia y estamos inspirados y todos juntos, es una cosa. Pero cuando estamos de regreso en medio de la semana laboral y tenemos presiones del trabajo y la familia, la naturaleza humana se hace cargo. Y es mucho más difícil abrazar esta hermosa forma de vida a la que Dios no ha llamado a tener.
Cuando se enfrentan a los desafíos de la vida cotidiana, muchos han utilizado una técnica antigua llamada “Oración Centrante” o “Plegaria Contemplativa.” Esta es una oración simple de pocas palabras que se puede orar regularmente durante todo el día. En el idioma hebreo, las palabras aliento y espíritu son la misma palabra. Si practicas esto con suficiente frecuencia, se convierte casi en una segunda forma natural de respirar, invitando al Espíritu a llenarte con cada respiración.
Aquí hay unos ejemplos:
Señor Jesucristo, ten piedad de mí.
Señor, concédeme tu paz.
Enséñame paciencia, Dios Misericordioso.
Dame fuerzas, Oh Cristo
¡Ven Señor Jesús!
Puedes escribir el tuyo propio, o puedes utilizar las sagradas escrituras o versos de himnos de la misma manera. La idea es que a medida que repites tu oración a lo largo del tiempo, te vuelves cada vez más consciente de que la paz, la fuerza y la presencia de Dios están tan cerca de ti como tu próximo aliento.
Oremos: Dios Santo, en medio de los días ocupados y, a veces, solitarios, te pedimos que te reúnas con nosotros. Reúnete con nosotros en momentos tranquilos y en situaciones estresantes, en consultorios médicos y en la escuela; en salas de juntas y estaciones de trabajo; en el tráfico y en salidas divertidas con amigos. Quédate aquí con nosotros – incluso ahora. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!