Evidencia
En el libro de Hechos, las últimas palabras que Jesús da a sus discípulos son: “Serán mis testigos…”
Pero, ¿qué significa ser testigos?
No sé de ustedes, pero yo he tenido malas experiencias con personas que intentan darme testimonio. Por lo general, eso significa que están tratando de convertirme a su manera de pensar, a su manera de creer. Incluso cuando les digo que soy pastor, ¡se esfuerzan aún más!
Pero no quiero desechar la palabra, porque es una palabra que tiene mucho peso…Cuando busqué la palabra en el diccionario, encontré dos definiciones relevantes:
Primero: un testigo se refiere a alguien que hace una declaración basándose en su conocimiento personal, de lo que ha visto, oído o experimentado. Esa es tu historia: ¿Cómo ha marcado Cristo una diferencia en tu vida? ¿Qué diferencia ha marcado tu fe? ¿Qué diferencia ha marcado tu iglesia? Eso es parte de lo que Jesús quiere decir. Tú necesitas conocer tu propia historia.
Segundo: un testigo es algo que sirve como prueba, una señal.
Cuando vivía en Atlanta, fui voluntario en una iglesia llamada Puerta Abierta. Ellos, todas las mañanas organizaban, en su edificio, desayunos para las personas sin hogar.
Una mañana helada de enero, yo estaba trabajando con un joven llamado Chris. Chris estaba llevando café afuera para ofrecerlo a las personas que estaban esperando. Una hora o menos después, entró sin zapatos. Todos comenzaron a preguntarle: “¿Dónde están tus zapatos, Chris? Él nos dijo que había un hombre afuera descalzo en esa mañana helada y preguntó si la iglesia tenía algún zapato talla 11. La iglesia no tenía. Pero Chris dijo: “Yo calzo talla 11 y me puse a pensar en lo frío que hace afuera y en todos los zapatos que tengo en mi armario. Entonces, me quité mis zapatos y se los di.”
Evidencia.
Ya sea que lo pensara de esa manera o no, a través de sus acciones Chris fue testigo del amor sacrificial de Jesucristo.
No todo el mundo puede regalar los zapatos que llevan puestos, pero todos tenemos algo que dar. Todos podemos marcar una diferencia en la vida de los demás. Podemos ser parte de este movimiento, podemos ser evidencia, una señal del amor de Dios.
Oremos: Dios de amor, te damos gracias por tu llamado a nuestras vidas. Oramos por la sanación y la restauración primero en nuestros propios corazones. Pero, mientras somos sanados y restaurados, que seamos instrumentos de tu amor y gracia; por medio de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
