El Privilegio
En los últimos días, he compartido el versículo de Apocalipsis 1:6 donde Juan nos dice que Jesús nos ha hecho un reino de sacerdotes sirviendo a su Dios y Padre, y he compartido algunos ejemplos concretos de un llamado sacerdotal. Pero reconozco que este llamado va mucho más allá de los muros de la iglesia.
Pienso en aquellos de ustees que visitarán a su vecino necesitado, que llevarán una comida casera, que están dispuestos a sentarse y escuchar a alguien que se siente solo, y en otros de ustedes que dan tan generosamente a su comunidad.
A veces intentamos separar el mundo entre lo sagrado y lo secular. Pero la Biblia nunca hace tal distinción. Jesús los ha creado para ser un reino de sacerdotes, no solo en la iglesia, sino en el mundo exterior.
Y ¿no es un privilegio? Ser parte de algo así, de dar con el corazón. Produce algo en nosotros. Hay una alegría y una paz interior que surgen cuando vivimos el llamado. Tengo que creer que es cierto porque el amor, la misericordia y la gracia que experimentamos de Jesús deben fluir a través de nosotros.
Juan escribió en Revelaciones 1:5-6: Al que nos ama y que por su sangre nos ha liberado de nuestros pecados…al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre…
Que llegues a comprender que tienes un llamado sacerdotal. Al despertar por la mañana, quizás podrías ponerte tu imaginaria vestimenta sacerdotal para enfrentar al mundo. Incluso podría ser una oración: ¿Cómo voy a interponerme hoy en la brecha? ¿Cómo quieres usarme Dios? ¿Cómo va a fluir tu amor a través de mí – hacia ellos? Ayúdame a escuchar y responder.
Oremos: Te damos gracias, Oh Dios, por tu llamado a nuestras vidas. Te rogamos que nos concedas sanación, misericordia y abundante gracia. Y mientras somos sanados y renovados, utilízanos como instrumentos de tu amor en un mundo que tanto lo necesita; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!







