Dar Gracias en Todo
La ingratitud es un defecto grave. Estoy de acuerdo con Martín Lutero en que “la ingratitud es robar.” En su “Infierno”, Dante colocó en el centro de su infierno no a los culpables de pecados carnales, sino más bien a hombres y mujeres malhumorados, sombríos e ingratos. Shakespeare escribió en “A Como te Gusta,”
“Sopla, sopla, viento de invierno,
Aunque no eres tan desagradable
Como la ingratitud del hombre.”
Una madre anciana estaba postrada con su enfermedad terminal. Los tres hijos casados, dos hijos y una hija, fueron llamados a su lecho. Consciente pero débil, la madre sonrió débilmente ante su presencia. Uno de los hijos se inclinó y dijo: “Tú has sido una buena madre.” Con un suspiro, la madre susurró: “¿Realmente quieres decir eso?” “Por supuesto que has sido una buena madre,” los tres hijos dijeron. La voz de la madre volvió a sonar muy débilmente, “yo no lo sabía. No lo habían dicho antes, y no lo sabía.” Desafortunadamente, algunos viven mucho tiempo antes de que puedan darle las gracias a Dios o hacia otra persona por las bendiciones de la bondad humana. A veces, la expresión de gratitud viene como una sorpresa, sí, incluso como un impacto.
Una señora subió a un tren de corto alcance. Un hombre se levantó para darle su asiento, ella estaba tan sorprendida que se desmayó. Cuando volvió en sí, ella le agradeció por lo del asiento. Luego él se desmayó. Recuerda, el apóstol Pablo nos recuerda: “Den gracias a Dios en toda situación.”
Oremos: Amado Dios, te damos las gracias por las personas agradecidas que realmente les preocupa las cosas; una visita amistosa, un oído atento, una tarjeta divertida, una cálida carta, una llamada de larga distancia, un correo electrónico, un ramo de flores, un libro de inspiración. Gracias a ti Señor, por los días ordinarios de los placeres simples y encantos tranquilos; y por esos días extraordinarios de risa y llanto cuando el drama y la profundidad de la vida tocan y calientan nuestros corazones. Que la gratitud por tu asombrosa gracia y amor incondicional salgan frecuentemente de nuestros labios. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
Daily Message Author: El Rev. Dr. Roger Kunkel
(November 24, 1934 – June 29, 2011) Biografía