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El profesor de seminario Tom Troeger cuenta sobre un juego de infancia que jugó cuando estaba en la escuela primaria. El juego era: “¡Estás afuera! ¡Estás afuera! ¡No puedes entrar!” La forma en que se jugaba el juego era que la mitad de los niños formaría un círculo. Todos miraban hacia afuera del círculo y tomados de la mano. La otra mitad de los niños estarían fuera del círculo. Los que estaban en el círculo cantarían: “¡Estás afuera! ¡Estás afuera! No puedes entrar. ¡Estás afuera! ¡Estás afuera! No puedes entrar.” Y una vez que lo habían cantado dos veces, los niños que estaban afuera se apresurarían lo más fuerte que pudiesen y tratarían de entrar en el círculo. Los que estaban en el círculo sólo podían sostenerse de las manos, no podían agarrarse de los brazos. Y los que estaban tratando de entrar tenían que lograrlo en el primer intento, no podían seguir empujando.
El Reverendo King Duncan capta sobre esto y dice: “Tú y yo sabemos de ese juego. Lo hemos visto jugar todas nuestras vidas tanto en el nivel de un niño como en un nivel de adulto, y a veces, que nos ayude el Cielo, se ha jugado en el nombre de Jesús.”
Es interesante para mí que Jesús nos dice que su misión es casi exactamente lo contrario de este juego. En Lucas, capítulo 19:10, Jesús dice:” Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” Y en su ministerio, él siempre está alcanzando a los de afuera.
Mi oración para ti el día de hoy, es que puedas hacer un esfuerzo para conocer y dar la bienvenida a las personas que están afuera de tus círculos normales. Y a medida que lo hagas, que puedas encontrar que el amor y la gracia de Cristo sólo crece más.
Oremos: Amado Dios, oro para que tu gracia sanadora descanse sobre nosotros – especialmente en aquellos que se sienten como que no los han tomado en cuenta o marginados. Ayúdanos a construir puentes y a compartir tu amor con un mundo desesperadamente necesitado; en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!