Conociendo al Pastor
El mensaje de hoy fue escrito por la pastora invitada Rev. Tasha Blackburn.
Me encanta el Salmo 23. Me encuentro rodeada de muchos amigos cuando digo eso porque muchos de nosotros amamos este Salmo que comienza con esas palabras asombrosas “El Señor es mi pastor, nada me falta.” Debido a su importancia en mi vida, me alegré de conocer una historia verdadera sobre el Salmo contado por la autora Madeline L’Engle. Hoy quiero compartirlo con ustedes:
Ella escribió:
“Hay una historia verdadera que me encanta acerca de una fiesta en una de las grandes casas de campo de Inglaterra. A menudo, después de la cena en estas fiestas las personas realizan recitaciones, cantan y utilizan cualquier talento que tengan para entretener a los asistentes. Un año un famoso actor estaba entre los invitados. Cuando llegó su turno para actuar, él recitó el Salmo 23, tal vez el Salmo más amado de los Salmos. Su interpretación fue magnífica, y hubo muchos aplausos.”
Al final de la velada, alguien notó que una señora de la tercera edad dormía en un rincón. Ella era sorda como oyente y se había perdido la mayor parte de lo que estaba pasando, pero se le instó a que se pusiera de pie y recitara algo. ¡En aquellos días las personas solían memorizar una gran cantidad de poesía! Entonces ella se levantó, y con su vieja y temblorosa voz empezó:
El Señor es mi pastor, y continuó hasta el final del salmo. Cuando finalizó había lágrimas en muchos ojos. Más tarde uno de los invitados se acercó al famoso actor. “Usted recitó ese Salmo absolutamente magnífico. Era incomparable. Entonces, “¿Por qué nos conmovimos con la pequeña señora de tercera edad?”
Él respondió: “Yo conozco el Salmo. Ella conoce al pastor.”
Este es un buen testimonio al poder de quienes conocen a Jesús. El día de hoy, lleva en tu corazón que él es verdaderamente tu pastor que te ayudará a través de cualquier cosa, incluso en el más oscuro de los valles. Sepan que el siempre estará contigo para guiarte y protegerte.
Oración: Señor, pastoréame este día. Guíame por tus senderos de justicia. Sin ti, yo sería una oveja perdida sin camino a casa. Cuando el camino es oscuro y difícil, quédate conmigo. Ayúdame a sentir la presencia de tu protección. En tu nombre oro. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
