Confía en el Señor con Todo Tu Corazón
Hoy estoy profundamente agradecido con aquellos que han apoyado a la fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación financiera. ¡Tanta gente se beneficia de tu donación!
Existe una vieja historia, sin duda apócrifa, sobre un equilibrista que extendía tensas cuerdas a lo largo de una enorme cascada. Después de hacer una caminata inicial segura, el acróbata le preguntó a un espectador: “¿Crees que puedo empujar esta carretilla a través de esta misma cuerda delgada?” El espectador pensó por un momento y dijo: “Sí, claro.” “Fantástico” dijo el acróbata. “Súbete a la carretilla.”
Aunque podría creer que podía realizar la hazaña, yo sabía que no confiaría mi vida al acróbata. Yo espero que tú tampoco. Pero sí espero que confíes en Dios con tu vida.
A veces Dios nos invita a tomar pasos que dan miedo. Dios pudiese llamarte al campo del misionero, o ayudar a alimentar a las personas desamparadas en un refugio en el centro de la ciudad. Dios te puede hacer el llamado para que des más dinero o tiempo de lo que te sentirías cómodo en hacer. O, Dios puede llamarte a conciliarte con alguien que te haya ofendido. Puede ser difícil tomar este tipo de salto de fe. Se puede sentir claramente como si estuvieras subiendo a la carretilla.
Recuerdo hace ya varios años cuando mi amigo Charlie Landreth habló de su abuela Celia. Él dijo que podía recordar estar sentado en su regazo en su mecedora, sus brazos estarían extendidos alrededor de él. Ella le leía a veces de la Biblia y a veces de un libro. “confía en el Señor con todo tu corazón”, ella decía.
Charlie dijo: “Ha pasado casi toda una vida desde esa instrucción temprana y todavía estoy aprendiendo a confiar en el Señor. Verás, aprendo lento.”
¿No lo somos todos Charlie? ¿No somos todos así?
Oremos: Dios de Gracia, sabemos que nos amas tal como somos – pero que constantemente nos invitas a crecer. También sabemos que a medida que escuchamos tu voz y respondemos a tu llamado, nuestras vidas se llenan de significado y alcance. Oh Señor, nosotros creemos. ¡Ayuda a nuestra incredulidad! Concédenos oídos para escucharte aún el día de hoy. Concédenos el corazón para confiar en ti, y el valor para responder. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!