El Reino de los Cielos

El Reino de los Cielos

Recuerdo que hace muchos años, cuando estaba hablando con Do In Kim sobre la posibilidad de que su programa de desarrollo de la Nueva Iglesia Coreana se integrara con la iglesia donde estaba sirviendo. Pasamos un tiempo reflexionando sobre todas las dificultades y detalles de cómo hacer que funcionara – dos culturas y comunidades muy diferentes que compartirían la mayoría de espacio al mismo tiempo. Justo cuando empezaba a sentirme frustrado, él me preguntó: «Joe, ¿Cómo crees que será el Reino de los Cielos?»

Podía imaginarme a personas que se parecían mucho a mí, y a personas que conocía y amaba. Y podía imaginarme a persona que se veían muy diferentes a mí – y que se escucharan diferentes. (Como las iglesias Coreanas y Mexicanas a las que he asistido, e incluso los Pentecostales que están en la calle de abajo). Y luego, pensé en el Dios que conozco en Jesús…y tuve que imaginar que habría personas que nunca esperaría que estuvieran ahí…personas que creen muy diferente a mí y que piensan diferente…Y de alguna forma, nos sentaríamos en la mesa juntos.

Es una hermosa visión. Y Do In me recordó que cada semana oramos: Venga Tu Reino, Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo…Cada semana rezamos esto…

Es una hermosa visión. Una visión que Dios puso ante nosotros hace mucho tiempo. Una visión que Jesús afirmó cuando nos enseñó a amar a nuestro prójimo y oró para que viviéramos como uno solo (John 17).

Mi oración de hoy es que tú y yo encontremos formas, incluso ahora, de vivir esta visión.

Oremos: Reconocemos, Oh Dios, que hay algunas fuerzas poderosas trabajando en este mundo que buscan dividirnos. Danos el poder para ser el tipo de personas que construyen puentes y muestran tu amor, en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Son Solo Personas

Son Solo Personas

Un amigo me contaba que cuando regresó a la iglesia, siendo un joven adulto después de casarse, él y su esposa no estaban seguros acerca de esta cosa de la iglesia. Él estaba especialmente escéptico, y solía decir cosas como: «Creo en Dios, no en una institución». Pero él estaba teniendo un momento difícil en su matrimonio, así que acepto ir, solo para tantear el terreno.  De ninguna manera tenía la intención de involucrarse mucho.

Sin embargo, había un problema. Estaban tratando de hacer esto en una pequeña iglesia, y es un poco difícil de esconderse en una pequeña iglesia. Cuando uno de los jóvenes les preguntó que, si podían ayudar con el grupo de jóvenes, no podían decir que no.

Más tarde, me dijo, mirando hacia atrás sobre esos momentos, pasar el rato en las noches de viernes comiendo pizza con un montón de adolescentes, ayudándoles a pensar acerca de las citas, las universidades, y el deporte y la forma en que Dios encaja en todo esto le hizo pensar en su vida propia, la forma en cómo Dios encaja en su matrimonio, en su trabajo, y en sus relaciones.

En el transcurso del tiempo, a través de estos jóvenes que él llegó a conocer y amar, se dio cuenta de que la iglesia es mucho más que una institución. Son las personas, las personas que aman a Dios y que están tratando de amar este mundo creado por Dios.

Oremos: Dios amoroso, reconocemos que no podemos andar solos por mucho tiempo en la vida. Te necesitamos a ti, y necesitamos a otros. También reconocemos que las relaciones son a menudo exigentes. Requieren el perdón y el amor. Por eso hoy pedimos una medida adicional de tú gracia. Ayúdanos a hacer el trabajo duro de conectar profundamente con otras personas que también están en el camino de la fe. Concédenos paciencia y corazones abiertos. A través de ellos, que podamos experimentar tú compasión, tú esperanza y tú alegría. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Corazón de Gratitud

Corazón de Gratitud

El mensaje de hoy fue escrito por el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

No es ningún secreto que tengo una pasión para animar a las personas para que puedan basar sus vidas en la gratitud. Pablo lo expresa de la siguiente forma: “Den gracias a Dios en toda situación” (1 Tesalonicenses 5:18). 

Permítanme señalar que Pablo no dijo dar gracias “por” todas las situaciones. Obviamente, no damos gracias por el cáncer o ataques al corazón, artritis o ceguera, Alzheimer o ataques terroristas. Pero podemos dar gracias “en” todas las situaciones porque Dios está con nosotros, pase lo que pase. Y cuando lo reconocemos y lo aceptamos y llegamos a Dios en la fe, él nos dará fuerza y nos verá vencer, podemos contar con eso. Y eso es motivo de gran acción de gracias.

Hay una vieja leyenda que habla sobre un hombre que llegó un día al granero donde Satán almacenaba las semillas que él dispersaba en toda la tierra. El hombre notó que las dos semillas más abundantes en el granero eran las semillas de la amargura y el desánimo. Le preguntó a Satanás acerca de dichas semillas. “Ah, sí,” respondió, “la amargura y el desánimo; son, sin duda alguna, mis semillas más eficaces. Porque estas semillas crecerán casi en cualquier parte.”

Entonces, con una mirada solemne en su rostro, Satanás dijo: “Sin embargo, hay un lugar en donde las semillas de amargura y desánimo no crecerán.” “¿Oh?”, dijo el hombre, “¿Y dónde es eso?” Satanás respondió, “No pueden crecer en un corazón de gratitud.”

Oremos: Dios de amor, venimos ante ti con corazones llenos de amor, almas llenas de confianza y mentes llenas de acción de gracias. Tu amada amabilidad llega tan lejos como las estrellas, tus cuidados hacia nosotros son tan profundos como el mar. Ayúdanos a girar con la confianza de un niño. Abre nuestros ojos a las maravillas o a Tu Palabra y envíanos a nuestros caminos con esperanza y valor. Cuida a los que viajan. Enséñanos que nunca viajaremos más allá de tu amor y cuidado. A través de la asombrosa gracia de Jesucristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Yo Haré un Camino…

Yo Haré un Camino…

En el libro de Isaías, capítulo 43, versículo 15, hay una hermosa oración donde Dios dice: “Yo soy el Señor, su santo; soy su rey, el creador de Israel…”

Tómate un minuto y deja que dicha oración se asimile… ¿Confiamos que El Santo al que adoramos es nuestro soberano?

Con todo lo que está sucediendo, en este momento, en el mundo que nos rodea, a veces lo antes dicho es difícil de creer.

El propio Isaías escribía a una comunidad en el exilio. Israel había experimentado uno de los eventos más devastadores y definitorios de su historia. Babilonia – la mayor superpotencia de la época – había entrado y sitiado a Jerusalén. Ellos destruyeron la ciudad, quemaron el templo y se llevaron a muchos de los ciudadanos a vivir en Babilonia. Decir que fue una época oscura para Israel sería una gran subestimación.

Pero aquí, en el versículo 19, en la desesperación, Dios continúa diciendo: “Estoy abriendo un camino en el desierto…”

Note lo que Dios no dice. Dios no dice, quitaré el desierto. Dios no dice: “Yo voy a eliminar los desafíos, las pruebas y las dificultades de la vida.” No. Pero Dios dice: “Estoy abriendo un camino…”

Yo abriré un camino en el desierto.

Yo oro para que incluso durante estos tiempos inciertos y difíciles, puedan confiar en que el Santo que adoramos es soberano. Y que llegues a ver que Dios ciertamente abrirá un camino a seguir.

Oremos: Tú eres el Dios de nuevos comienzos, nueva vida, nuevas posibilidades. Tú también eres el Dios que hace nuevas todas las cosas – incluso a nosotros. Te confiamos nuestras situaciones, con nuestras preocupaciones y ansiedades más profundas. Reúnete con cada uno de nosotros en cualquier parte que estemos en este día. Dirígenos y guíanos incluso a través del desierto; en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Sosegar la Crítica Interna

Sosegar la Crítica Interna

Charlie Brown, Linus y Lucy estaban acostados en una ladera mirando hacia las nubes. Lucy dijo: “Si usas tu imaginación puedes ver muchas cosas en las formaciones de las nubes. ¿Qué crees que ves, Linus?” Linus respondió: “Bueno, esas nubes allá arriba se ven un poco como el mapa de Honduras en el Caribe…Esas otras nubes se parecen un poco al perfil de Thomas Eakins, un famoso pintor y escultor…Y ese grupo de nubes en ese lado me da la impresión de la lapidación de Esteban…Puedo ver al Apóstol Pablo de pie a un lado.” Lucy respondió, “Uh, eh, eso es muy bueno…¿Qué ves en las nubes, Charlie Brown?” y Charlie respondió: “Bueno, yo iba a decir que vi un patito y un caballo, pero cambié de opinión.”

Creo que hay un poco de Charlie Brown en cada uno de nosotros. Algunos de nosotros somos nuestros peores críticos. Con demasiada frecuencia nos comparamos con los demás y estamos más conscientes de nuestras debilidades e imperfecciones que de nuestras fortalezas. Y, hay momentos en que nos sentimos inadecuados, incapaces o indignos.

El Reverendo King Duncan señaló una vez que: “Aquellos que el mundo llamó recaudadores de impuestos, Jesús los llamó discípulos. Aquellos llamados pecadores, Jesús llamó compañeros. Los marcados como inmorales, él los llamó perdonados. Aquellos llamados pescadores comunes, él los llamó pescadores de personas. Un ladrón crucificado a que él llamó heredero del paraíso.”

La verdad es que no hay cosas tales como personas perfectas. Y cuando nos comparamos con los demás, a menudo no vemos la realidad completa. Todos luchamos. Todos tenemos imperfecciones. Todos tenemos dones únicos. Y todos somos redimidos solo por la gracia de Dios.

Hay un gran himno que a veces cantamos en nuestra iglesia: Tal Como Soy, sin mas que decir. La segunda estrofa dice: Tal como soy, del gran dolor que causa en mí, lo pecador, luchando con furioso ardor, Cordero de Dios, heme aquí.

Hoy ruego a Dios que sosiegue y aquiete la crítica interior que llevamos dentro. Y que Dios te conceda la gracia de aceptarte y amarte como él te ha amado y aceptado.

Oremos: Amado Dios, cuando nos sintamos débiles o solos o inadecuados irrumpe nuevamente en nuestras vidas. Concédenos un espíritu resiliente, y un sano sentido de confianza para que podamos ser canales de tu gracia y amor por los demás. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Recalcular

Recalcular

Hace un par de días, compartí un poco sobre una entrevista en un podcast que escuché con la autora Sylvia Boorstein. Ella hablaba sobre como lidiar con el enojo, y en un momento dado, mencionó el GPS clásico de su coche. Quizás recuerdes que, cuando te pasabas de un giro, el GPS decía: «Recalculando». Luego te dirigía al siguiente giro.

Recalculando.

Ella dijo: «Pensé que debería escribir un libro y titularlo: Recalculando. Porque creo que eso es lo que hacemos constantemente: algo sucede, nos reta, y el reto es: OK ¿Quieres enojarte ahora? Podrías enojarte, irte a casa, hacer algunas llamadas (podrías enviar ese correo electrónico), podrías decirles a algunas personas que no puedes creer lo que dijo esta o aquella persona; y, ya sabes, la indignación es tremendamente seductora…Así que al decidir no hacerlo, y en cambio decirte a ti mismo: espera un minuto, este no es el camino correcto. Literalmente, este no es el camino correcto. Hay una bifurcación en el camino. Podría indignarme, podría avivar esta llama de negatividad e ira, o podría decir: Recalculando. Y no importa cuántas veces no haga el giro, seguirá diciendo: Recalculando».

Me encanta ese enfoque. Es una espiritualidad muy práctica. Cuando sintamos esa indignación, esa ira que crece, si tan solo pudiéramos respirar y prestar atención a lo que sucede en nuestro interior. Y luego, determinar cuál es realmente el siguiente paso correcto para seguir. 

Ella continuó compartiendo una vieja historia sobre un abuelo sabio que le dijo a su nieto: «Tengo dos lobos en mi corazón. Uno es amoroso, paciente, amable y generoso. El otro es temeroso, codicioso, iracundo, amargado y lleno de odio. Y están en guerra uno contra otro». Y el nieto preguntó: «¿Cuál ganará?» y el abuelo respondió: «El que yo alimente».

La verdad es que vivimos en un mundo a menudo conflictivo. Nos enfrentamos a presiones externas a menudo enormes. Vivimos con personas que pueden ser difíciles. Y, de hecho, hay cosas que deberían enojarnos.

En su carta a los Efesios, el Apóstol Pablo escribe: «Si se enojan, no pequen». 

Que seamos personas que estén listas para escuchar, y lentas para hablar y para enojarse. (Santiago (1:19)). Que nos detengamos a recalcular. Y que seamos personas que no contribuyamos a la ira y la hostilidad del mundo que nos rodea, ni a la ira y la hostilidad del mundo en nuestro interior.

Oremos: Dios de Gracia, te damos gracias por tu amor por nosotros y por el mundo que nos rodea. No tenemos que ir muy lejos para ver la gran necesidad que existe. Oramos hoy por la sanación para nosotros y para los demás. Cuando el enojo surja en nosotros, ayúdanos a hacer una pausa y danos la sabiduría para responder con gracia. Que siempre reflejemos tu amor en todo lo que hacemos y decimos. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Camina en el Amor

Camina en el Amor

Si entras a nuestro hospital local hoy en día, te recibirá un gran cartel que dice: «No se tolerará el comportamiento agresivo. Esto incluye: Abuso físico. Acoso Verbal. Lenguaje abusivo o grosero. Amenazas. Daños a la propiedad».

¡En un hospital! – un lugar de sanación. Cada vez vemos más letreros como este en restaurantes y aeropuertos. No siempre ha sido así. De hecho, en 25 años que llevo visitando hospitales como pastor, solo en los últimos tres años, desde el Covid, he visto algo así.

Hay mucha ira y resentimiento en el mundo que nos rodea ahora mismo. Y muy poco contribuye a una causa mayor. Veo que apenas influye. Con frecuencia, nos hace más daño que bien, sobre todo a nosotros mismos.

Es cierto, para algunas personas, el enojo es lo que las impulsa en la vida. De hecho, algunas personas creen que les da ventaja. Pero ese enojo a menudo proviene de una herida o dolor interno que no se ha abordado. Y lo que se ve, con frecuencia, es que muchas de esas mismas personas han dejado tras sí un rastro de relaciones arruinadas.

En Efesios, capítulo 4, el Apóstol Pablo escribe: «Si se enojan, no pequen». Luego añade: «Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo…»

Como está escrito en el libro de Santiago (1:19), que seamos personas que estén listas para escuchar, y lentas para hablar y para enojarse. Que seamos personas que no contribuyamos a la ira y la hostilidad del mundo que nos rodea, ni a la ira y la hostilidad del mundo en nuestro interior.

Oremos: Dios de Gracia, te damos gracias por tu amor por nosotros y por el mundo que nos rodea. No tenemos que ir muy lejos para ver la gran necesidad que existe. Oramos hoy por la sanación para nosotros y para los demás. Cuando el enojo surja en nosotros, ayúdanos a hacer una pausa y danos la sabiduría para responder con gracia. Que siempre reflejemos tu amor en todo lo que hacemos y decimos. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Enojarse, Pero…

Enojarse, Pero…

En Efesios, capítulo 4:25, Pablo escribe: «Si se enojan, no pequen…»

Es una línea muy fina, ¿verdad?

El otro día escuchaba una entrevista en podcast con Sylvia Boorstein y ella dijo: «Recuerdo a mi padre, que ya no está, oyéndome enseñar sobre cómo transformar la ira en algo útil en el mundo; en hacer algo. Y él decía: Necesito mi ira, Sylvia. Me motiva a hacer todo el activismo que hago. Y yo le decía: Bueno, sí la necesitas, papá. La necesitas solo para que te alerte sobre lo que necesita atención. Pero no tienes que llevarla contigo…Y, de hecho, si sigues alimentando la llama de la ira, confunde la mente y…no responderás con la sabiduría que deberías».

Hay momentos en los que deberíamos estar enojados. Y, sin duda, hay cosas por las que deberías estarlo. (El hecho de que haya niños hambrientos en nuestro país rico sería una de ellas.) El enojo es una emoción dada por Dios, e incluso Jesús se enojó. Pero cómo canalizamos nuestra ira marca la diferencia.

Viktor Frankl tiene una gran cita. Él dijo: «Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta residen nuestro crecimiento y nuestra libertad».

Entre el momento en que algo sucede y el momento en que respondemos, hay un espacio. Cuanto más larga sea la pausa, mayor será el espacio. En ese espacio reside nuestro poder de elección. Cuanto más larga sea la pausa, mayor será nuestro poder…mayor será nuestra capacidad de decidir, ¿vale la pena involucrarme en esto? O ¿es algo que simplemente debería dejar pasar? Y si quiero involucrarme sabiamente, ¿cómo debo hacerlo sin empeorar las cosas?

Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse. (Santiago 1:19). Que seamos personas que hacen una pausa para ver con más claridad cuándo soltar y cuando actuar con sabiduría.

Oremos: Dios de Gracia, te damos gracias por tu amor por nosotros y por el mundo que nos rodea. No tenemos que ir muy lejos para ver la gran necesidad que existe. Oramos hoy por la sanación para nosotros y para los demás. Cuando el enojo surja en nosotros, ayúdanos a hacer una pausa y danos la sabiduría para responder con gracia. Que siempre reflejemos tu amor en todo lo que hacemos y decimos. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

De Amargo a Dulce

De Amargo a Dulce

Hay una gran historia en el libro de Éxodo acerca del momento cuando los israelitas se estaban muriendo de sed. Llegaron a un lugar donde hay agua, pero es amorgo y no pueden beberla. Cuando ellos claman a Dios, Dios le mostró a Moisés una simple pieza de madera. Cuando Moisés lanza la madera en el agua amarga se convierte en dulce, ¡y las personas pueden beber!

El académico Murray Andrew Pura hace el alegato que Dios pudo haber llevado a la gente a una nueva ubicación en donde el agua era mejor, pero no lo hizo. Dios mantuvo a la gente donde estaban y el hizo buena el agua amarga. Pura escribió, “A menudo queremos desesperadamente cambiar de ubicación. Si solo pudiésemos ir a otro lugar, todo va a estar bien. Indudablemente, hay momentos en que Dios tiene que cambiar nuestra geografía…Pero hay otros momentos en que nos pide que confiemos en él para alterar lo que es amargo y nauseabundo y repugnante para nosotros.”

En tu propia vida, tal vez has tenido la necesidad de cambiar de trabajo, o de lugares, o relaciones. Al igual que los israelitas, espero que comprometas tu situación a la oración. Escucha, y permite que Dios te guíe.

Oremos: Eres el Dios de nuevos comienzos, nueva vida, nuevas posibilidades. También eres el Dios que hace nuevas todas las cosas, incluso a nosotros. Te confiamos nuestras situaciones, con nuestras más profundas preocupaciones y ansiedades. Oramos hoy por orientación. Oramos, especialmente, por aquellos que han deseado la transformación, de lo amargo hacia lo puro y dulce. Reúnete con nosotros en donde estamos el día de hoy; por medio de Jesucristo. Amén. 

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Gratitud y Gracia

Gratitud y Gracia

El Apóstol Pablo escribió una vez: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.”

En su libro, El Regreso del Pródigo, Henri Nouwen afirma que la gratitud es en muchos sentidos una disciplina. Implica una elección consciente. Él escribió: “Yo puedo optar por estar agradecido incluso cuando mis emociones y sentimientos todavía están empapados de dolor y resentimiento. Es asombroso cuántas ocasiones se presentan en las que puedo elegir la gratitud en lugar de quejarme…Yo puedo elegir hablar de bondad y belleza, incluso cuando mi ojo interior todavía busca a alguien a quien acusar o algo a que llamar feo. Yo puedo elegir escuchar las voces que perdonan y mirar los rostros que sonríen, incluso cuando todavía escucho palabras de venganza y veo gestos de odio…Siempre existe la opción entre el resentimiento y la gratitud…”

Nouwen continúa diciendo: “La elección de la gratitud rara vez llega sin un esfuerzo real. Pero cada vez que lo hago, la siguiente elección es un poco más fácil, un poco más libre, un poco menos cohibida. Porque cada regalo que reconozco revela otro y otro hasta que, finalmente, incluso el evento o encuentro más normal, obvio y aparentemente mundano resulta estar lleno de gracia.”

A medida que avanza el día de hoy, y luego durante la semana, trata de ser consciente de todas las ocasiones en las que puedes elegir la gratitud. Especialmente estar atento durante esos momentos difíciles y estresantes. Y mientras lo haces, que puedas notar que la gracia abunda.

Oremos: Nosotros reconocemos, Oh Dios, que, en medio del ajetreo de la vida cotidiana, es fácil perder de vista tu mano obrando en nuestras vidas y en el mundo. Especialmente en los momentos tensos y llenos de angustias, ayúdanos a elegir buscar los regalos que tú nos das y dar las gracias. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!