Hace muchos años, cuando Johnny Carson fuese el presentador de The Tonight Show (El Show de Esta Noche), él entrevistó a un niño de ocho años que había rescatado a dos amigos en una mina de carbón en las afueras de su ciudad natal en West Virginia. Mientras hablaban, era evidente que el joven era cristiano. Así que Johnny le preguntó si asistía a la escuela dominical. Él dijo que sí. Así que Johnny le pregunto: “¿Qué es lo que estás aprendiendo en la escuela dominical?” La semana pasada, nuestra lección fue cuando Jesús fue a una boda y convirtió el agua en vino.” La audiencia aulló, pero Johnny logró mantener una cara seria. Luego Johnny preguntó. “¿Y qué aprendiste de esa historia?” El niño se retorció un poco. Era evidente que no había pensado en esto. Pero luego levanto la cara y dijo: “Si vas a tener una boda, ¡asegúrate de invitar a Jesús!”

¡No es Genial! Piensa en cuán más ricas serían todas nuestras relaciones si Jesús estuviera en el centro. Mi oración para cada uno de nosotros hoy es que nuestra fe en Cristo realmente moldee la forma en que interactuamos con aquellos que amamos. Que esa fe informe y moldee nuestras vidas juntas fortaleciendo nuestros lazos para que juntos seamos una bendición para el mundo que nos rodea.

Oremos: Dios de la esperanza, te invitamos en nuestras relaciones nuevamente este día. Únenos más cerca unos de otros y más cerca de ti. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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En la Segunda Carta a los Corintios, el Apóstol Pablo escribe: “El amor de Cristo nos obliga.” Él está hablando de su ministerio – por qué estaba allí iniciando iglesias, compartiendo el evangelio y alimentando a nuevos creyentes.

Es interesante porque este ni siquiera era su trabajo a tiempo completo. Pablo era un fabricante de carpas – y su ministerio estaba en la cima de su trabajo diario. Pero el dio mucho a su ministerio. Piensa en la frecuencia con la que enfrentó dificultades, persecución, naufragios y encarcelamiento. Y si alguna vez te preguntas por qué, aquí esta: -él dijo que el amor de Cristo lo obliga. Tenga en cuenta que no es el miedo al castigo lo que lo obliga. No es la culpa que lo impulsa. No es porque piense que nadie más lo hará lo que lo impulsa. Él simplemente se ve obligado por el amor. Él ha experimentado este tremendo amor en su propia vida, y él quiere compartirlo.

En este día de San Valentín, oro para que conozcas las profundidades del amor de Dios por ti en Jesús. Y oro para que el amor sea la fuerza impulsora en tu vida – no la culpa, no la ira, ni la ambición ni el orgullo egoísta. Hacer las cosas correctas por las razones equivocadas no es saludable y, de todos modos, a menudo se pierde el objetivo. En cambio, que permitas que el amor sacrificial de Cristo se hunda profundamente en ti. ¡Acepta ese amor y prospera con él!

Oremos: Este es un día que has hecho, Oh Dios, ¡nos regocijamos y nos alegramos! Te alabamos por tu amor que no conoce límites; un amor que va a la cruz y trasciende incluso la tumba.

Te alabamos por tu Hijo Jesús que nos ofrece una vida abundante y eterna. Ayúdanos a dejar de lado cualquier cosa que nos impida captar ese amor. Llévanos a tu presencia para que podamos conocerte y servirte con todo lo que somos y todo lo que tenemos. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Según la tradición de la iglesia primitiva, el apóstol Santiago se ganó el sobrenombre de “Rodillas de Camello”. Aparentemente, esto se debió a callos gruesos que se formaron en sus rodillas durante años y años de oración.

La carta de Santiago en el Nuevo Testamento a menudo se clasifica como literatura de sabiduría. En su comentario sobre esta carta en El Mensaje (The Message), el académico y pastor Eugene Peterson nos recuerda que: “La sabiduría no es principalmente conocer la verdad, aunque ciertamente incluye eso; es habilidad para vivir.” ¡Habilidad para vivir!

No sé sobre ti, pero definitivamente puedo usar más habilidad para vivir. Yo quiero vivir profundamente. Yo quiero aprovechar al máximo el tiempo que tengo aquí en la tierra. Yo quiero experimentar plenamente la bendición de Dios y ser una bendición para los demás. Así que hoy, doy gracias porque tenemos guías como el Apóstol Santiago para mostrarnos el camino.

Al final de su comentario, pensando en “Rodillas de Camello,” Peterson continúa para señalar que: “La oración es fundamental para la sabiduría. La oración siempre es fundamental para la sabiduría.”

Oremos: Dios Amoroso y Misericordioso, venimos ante ti este día, de rodillas en nuestros corazones. Te agradecemos por los que nos han precedido en la fe, a mujeres y hombres que se han sumergido en la oración y nos han transmitido una forma de vida que es convincente y hermosa. Hoy, concede que nuestros corazones estén lo suficientemente abiertos como para recibir y confiar en tu guía. Enséñanos tus caminos, y llévanos por tu camino hacia la vida abundante y eterna. Amén.

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Hoy quiero sugerir una idea interesante – Yo quiero que intentes dar de ti mismo.

Una vez conocí a un hombre que sufrió un ataque de nervios, durante meses estuvo en la tristeza y la oscuridad mental. Un día, le sugerí que tratara de desactivar sus oscuros y deprimentes pensamientos mediante la práctica de acción de gracias. Le dije: “Empieza por pensar en las personas que te ayudaron, en gran medida, en tu vida.”

Así que procedió a escribirle a la señora Elaine Smith, una profesora de edad avanzada quien fue una influencia positiva en su vida. Recibió una respuesta, escrita en puño y letra temblorosa de una señora de edad. “Estimado Willy”, ella escribió, “Cuando leí tu carta estaba cegada por las lágrimas, porque yo te recuerdo cuando eras niño, y cuando pienso en ti ahora yo te veo como un pequeño estudiante en mi clase. Has exaltado mi viejo corazón. Enseñé en la escuela por cincuenta años. La suya es la primera carta de agradecimiento que he recibido de un estudiante, y lo apreciaré hasta el último día de mi vida.”

Amigo de Dial Hope (Digita Esperanza), escribir una carta de agradecimiento – un proyecto como ese – puede implicar tomar poquito tiempo – pero es una oportunidad para dar un poco de sí mismo, y realmente es lo mejor que puedes dar. Curiosamente, cuando das un poco de ti mismo, uno termina por encontrarse a sí mismo.

Oremos: Dios de esperanza, venimos ante ti cuando nuestra esperanza es vencida y nuestra fe es pequeña. Venimos ante ti cuando la promesa de la “buena vida” no llega, cuando la ropa y restaurantes, autos y capuchino se vuelven insuficientes alimentos para el hambre del espíritu humano. Venimos ante ti porque no tenemos otro lugar donde ir. Oh Dios, sálvanos de nosotros mismos; de la autoindulgencia y la auto-idolatría. Sánanos de la enfermedad del cuerpo, pero aún más de la enfermedad del alma. Que nos quedemos atrapados en la corriente de tu compasión, la inundación de tu perdón y así perdernos en el gran océano de tu amor. En el nombre del Cristo resucitado. Amén.

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El pastor Leonard Sweet escribió una vez sobre el entrenador de prácticas dando instrucciones en las ligas menores. Si alguna vez has jugado béisbol, puedes recordar esa voz:

Los codos hacia abajo.

Bate hacia atrás hacia tus oídos.

Mantén los ojos en la pelota.

¡Haz swing!

Sweet hace las siguientes observaciones:

“Algunas voces se quedan con nosotros para siempre. ¿Qué voces han hablado en tu vida? ¿Aún puedes escucharlos?

Hay voces de aliento que nos instan a seguir intentándolo, seguir trabajando, seguir haciendo lo que sabemos que es correcto.

También hay esas voces que escuchamos que nos acusan de no ser lo suficientemente buenos, de ser un fracaso, de no merecer nada mejor de lo que estamos obteniendo.

Las voces que escuchamos en nuestro corazón y alma pueden fortalecernos o destrozarnos, empujarnos hacia adelante o derribarnos. El poder de la Voz a la que finalmente respondemos puede determinar el destino y la dirección de nuestra vida.

Espero que tengas algunas voces positivas en tu vida. Y, yo espero que seas una voz positiva para los demás. Pero lo más importante, espero que apartes tiempo para escuchar la Voz del Espíritu de Dios – a través de la oración, las escrituras y la adoración. La guía y el aliento de Dios son invaluables. Pero, tenemos que darnos tiempo y espacio para escuchar.

Oremos: Amado Dios, sabemos que te necesitamos en el corazón y centro de nuestras vidas. Necesitamos tu guía, dirección y amor. Danos la disciplina y la gracia que necesitamos para escuchar, y el corazón para seguir. Gracias por todas las voces de amor y aliento en nuestras vidas – entrenadores, pastores, profesores, padres, amigos…pasados y presentes. Que nuestras voces también den gracia a todos los que escuchan. Amén.

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