La (I)Lógica de la Navidad

La (I)Lógica de la Navidad

El mensaje de hoy fue escrito por mi amiga, Reverenda Tasha Blackburn.

El otro día estuve hablando con una clase sobre, entre otras cosas, la relación de la Inteligencia Artificial (IA) con nuestra fe. Mientras compartíamos juntos, empezamos a considerar cuál es la imagen de Dios en nosotros, la imagen que leemos en Génesis que Dios puso en cada uno de nosotros para que pudiéramos ser como Él de alguna manera. Durante generaciones, una de las respuestas a esa pregunta era el conocimiento. Que podíamos pensar y razonar y eso era lo que nos hacía como Dios. Pero, cuanto más hablábamos, más estábamos de acuerdo en que esa no podía ser la respuesta, al menos no del todo. Si es así, entonces la IA ya se pareciera mucho más a Dios de lo que ¡mi cerebro de “queso Suizo” jamás será!

Luego, alguien de la clase llegó a esta conclusión: tal vez nos acercamos más a quién es Dios al darnos cuenta de que Dios no se trata de lógica ni de datos. De hecho, si algo es cierto, Dios es lo opuesto a la IA. En cambio, Dios es completamente ilógico. La propia Navidad nos dice esa profunda verdad. Es completamente ilógico que Dios, el creador del universo, el Todopoderoso, el Gran YO SOY, amara tanto a este mundo que enviara a su único Hijo, no para condenar al mundo, sino para salvarlo. No tiene sentido analítico. Nunca cuadrará. Es ilógico.

Y tal vez eso es precisamente lo que Dios puso en cada uno de nosotros: que también nosotros fuimos creados para ser ilógicos. Tal vez nos parezcamos más a Dios cuando amamos más allá de la razón, cuando perdonamos hasta que resulta vergonzoso, y cuando actuamos de maneras que nunca cuadrarán en un libro de contabilidad. No sé si esa es la imagen de divinidad que Dios puso en nosotros, pero espero que lo sea. Esta Navidad, realmente espero que lo sea. Porque sé que confío en la misericordia, la gracia y el amor de un Dios, a quien oro, es completamente ilógico conmigo. Mi oración en esta temporada es que Dios sea completamente ilógico con todos nosotros.

Oremos: Señor Dios, te damos gracias. Te damos gracias porque cruzaste todos los límites, llegaste más lejos de lo que podemos imaginar y rompiste todas las reglas para estar con nosotros. Gracias por ser completamente ilógico en tu amor por nosotros. Ayúdanos a ser ilógicos en nuestro amor por tu mundo. Amén.

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En el Rincón

En el Rincón

El mensaje de hoy fue escrito por mi amiga, Reverenda Tasha Blackburn.

Este año, al decorar para Navidad, he estado colocando algunos nacimientos y, mientras los colocaba, he estado pensando mucho en José. En mis nacimientos, siempre coloco a Jesús justo en el medio, con María a un lado y José al otro. Mientras hago esto, recuerdo que hay muchos nacimientos que se ven bastante diferentes. En dichos nacimientos, el Niño Jesús, María, los pastores y los animales ocupan el centro del escenario, pero José está solo en un rincón.

Bueno, no completamente solo, En dichos nacimientos, hay un anciano que se inclina hacia un José de aspecto preocupado como si le estuviera hablando. Para los creyentes ortodoxos que hicieron la imagen, el anciano representa la duda. Esto tiene sentido porque, si lo piensas, José fue el primer ser humano al que se le pide creer en Jesús. A María se le pide que crea, por supuesto, pero ¡a ella le suceden bastantes cosas en su propio cuerpo que ayudan a confirmarlo! Pero a José no. A él simplemente se le pide que crea. En un sueño, se le dice: “No temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.”

No puedo decir exactamente cómo respondería a un sueño así y a una petición así, pero puedo prometer que ¡el anciano con dudas y yo tendríamos mucho de qué hablar en un rincón! Eso es lo que hace que José sea tan asombroso. Porque, se nos dice, cuando él despertó, José hizo lo que le habían dicho en el sueño. Frente a la Duda, él fue fiel.

En esta Navidad tengo mucho que aprender de él. Creo que todos tenemos mucho que aprender. Porque la duda siempre está ahí, en un rincón, y puede que incluso se incline hacia ti en esta época del año. Pero eso no te deja fuera de escena. Estas ahí. Hay lugar para ti en la historia de Navidad. Ya sea que este año te encuentres junto a él o casi al borde del marco, hay lugar para ti.

Oremos: Señor Jesús, tú lo sabes todo sobre nosotros. Tú conoces nuestro gran amor por ti y conoces nuestras dudas. En esta temporada, transforma nuestras dudas en confianza y continúa haciéndonos creyentes. Amén.

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Una Ayuda Adicional de Esperanza

Una Ayuda Adicional de Esperanza

El Salmo 130 ofrece la siguiente oración: “Así tú, Israel, espera al Señor. Porque en él hay amor inagotable; ¡en él hay plena redención!”

El Salmo 130 es una oración para las personas que necesitan una ayuda adicional de esperanza. Y tal vez estás en un lugar donde necesites una ayuda adicional de esperanza en este momento…Tal vez estás mirando el mundo que te rodea y estás desconsolado por la falta de paz o por la injusticia. 

Para otros, pude ser más personal. Tengo que imaginarme que algunos de ustedes, durante esta semana, han estado luchando por mantener todo unido. Tal vez tengas una relación que se está desmoronando; o estás preocupado por tus hijos; o tal vez acabas de recibir noticias aterradoras del médico, o estás teniendo problemas financieros.

No sé qué tipo de cargas puedas estar llevando – pero este Salmo es una oración para ti. Finaliza con una afirmación resonante. Las cosas pueden estar muy mal. Pero la desesperación, el pecado, el dolor y el sufrimiento no llegan a tener la última palabra. 

Dios tiene el poder de sacar lo bueno de algo no tan bueno; lo bello de lo horrible; la luz de la oscuridad. Cualquiera que sea tu situación el día de hoy, que puedas reclamar la promesa de este Salmo: ¡En él hay plena redención!

Oremos: Desde lo profundo te llamamos, Oh Señor. Deja que tus oídos estén atentos a nuestro grito de misericordia. Porque confiamos en tu amor infalible, tu perdón y tu gracia. Confiamos en que contigo todo es posible. Así que te entregamos nuestras luchas y pedimos por sanación y redención. Derrama tu bendición sobre ellos y sobre nosotros para que podamos vivir de tal manera que te bendiga a ti y este mundo que tanto amas; a través de Jesucristo, Amén.

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Nuestro Anhelo y Esperanza

Nuestro Anhelo y Esperanza

Durante el tiempo de Adviento, incluso mientras anticipamos el nacimiento de Cristo, también esperamos su regreso. Anhelamos las promesas de los profetas y las de Cristo de que habrá una redención final – un día en que las personas vivirán en paz unos a otros y con Dios; y un día cuando:

Dios les secará toda lágrima de los ojos.
Ya no habrá más muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor…
No más niños hambrientos en las calles, no más injusticias.

Éste es nuestro anhelo y ésta es nuestra esperanza. Pero es más que eso.

Que tú y yo seamos la clase de personas que leen estas escrituras no solo como palabras…no solo como una esperanza ingenua para un día en el futuro…sino que podamos leer estas escrituras como una dirección clara para nuestras vidas, una visión que Dios nos está dando para vivir, incluso ahora. 

Oremos: Dios de Esperanza, te damos gracias por esta temporada santa y por tu amor por cada uno de nosotros…Fórmanos y moldéanos cada vez más a la imagen de tu Hijo Jesús. Que nuestras oraciones se conviertan siempre en acciones; a través de Cristo nuestro Señor. Amén.

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¡Es una Vida Dura!

¡Es una Vida Dura!

El mensaje de hoy fue escrito por el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

Una vez, una maestra le asignó a un grupo de niños que escribieran en una tarjeta sobre la única cosa en el mundo del cual estaban más agradecidos. 

La mayoría de los niños escribieron las cosas usualmente predecibles, pero un niño en la clase dijo que él estaba más agradecido por sus lentes. “Johnny,” ella dijo, “Veo que tus lentes es la cosa más importante por la que estas agradecido. ¿Existe alguna razón en especial?” Johnny respondió, “Si, señora. Mis lentes evitan que los otros niños me golpeen y previene que las niñas me besen.” Ahora, Johnny había aprendido, a temprana edad, que la vida puede ser difícil – que necesitamos de toda la ayuda que podamos conseguir.

Una de las puestas en escena más agradables que haya llegado a Broadway, hace años, fue el musical popular, “Annie,” que, por supuesto, está basada en la tira cómica Little Orphan Annie (Anita la Huerfanita). Al comienzo de la escena teatral, la pequeña huérfana canta, “¡Es Una Vida Dura!” Todos podemos identificarnos con la canción, ¿verdad que sí? Todos hemos sentido los golpes dolorosos de la vida.

La pequeña huérfana deseaba tanto ser amada y de ser salvada de su desesperada situación, recluida en un orfanato. A pesar de que pareciera que no existiese salida, ella tiene la esperanza, esperanza envuelta en el sueño de que algún día sus padres van a volver a reivindicarse con ella. Y finalmente es rescatada por el amor y la fuerza de Daddy Warbucks.

En este mundo convulsionado, todos tenemos algo de Anita dentro de nosotros. Queremos alguna palabra de “buenas noticias.” Bueno, ahí es precisamente en donde entra la fe Cristiana – y de eso se trata la fe Cristiana. Recuerda la forma en que Jesús lo dijo: “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33) Estas tres frases poderosas resumen el Evangelio. Reclámala y créelo.

Oremos: El Señor es mi pastor, quien junto a tranquilas aguas me conduce a verdes pastos, te agradecemos por los momentos en nuestras vidas cuando la vida es fuerte y buena. Enséñanos a recordar, sin embargo, que tú estás con nosotros en todo momento, incluso cuando las aguas no están tranquilas y cuando el pasto no está verde, cuando el camino está lleno de peligros y dificultad. Tu amor bondadoso sobrepasa toda nuestra imaginación, y tu fidelidad es para todas las generaciones. Ahora permite que la alegría de tu presencia se derrame sobre nosotros como un sutil y claro amanecer con los pájaros cantando, que nuestros espíritus puedan elevarse hacia ti en simple admiración. Por Jesucristo, nuestro Redentor. Amén. 

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Momentos de Gracia

Momentos de Gracia

Hay una vieja tira cómica de Lalo y Lola (Hi and Lois) donde la pequeña niña Trixie mira por la ventana. Ella saluda a un señor de la tercera edad y se queda pensando: “Ahí va el Viejo Señor Saludo. ¡Él siempre saluda y sonríe!” Luego, en la siguiente figura, ella piensa: “¡Yo creo que para cuando seas tan viejo, tienes muchas cosas por las cuales hay que estar alegre!”

Eso es cierto. Sin embargo, puede suceder lo contrario. A medida que envejecemos, es posible que también tengamos más cosas por las cuales quejarnos o lamentarnos.

Me gusta más el enfoque de Trixie. Si vamos a mantener un registro, quiero mantener el puntaje solo de lo bueno. Quiero notar y recordar más los momentos de gracia.

El Apóstol Pablo escribió una vez: “…consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin todo lo que sea excelente o merezca elogio.” (Filipenses 4:8)

Oremos: Hoy, amado Dios, estoy agradecido por los pájaros que cantan afuera de mi ventana. Te agradezco por una familia que es cariñosa y comprensiva; por la luz del sol que entra por mi ventana, y por las flores frescas colocadas en el comedor. Estoy agradecido por la oportunidad de compartir en el ministerio Dial Hope, y oro por cada persona comprometida en este ministerio el día de hoy. Sigue dándonos ojos abiertos para ver la belleza y la bondad que nos rodea incluso ahora. Amén.

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Mente Abierta

Mente Abierta

Hay una gran historia en el Segundo Libro de los Reyes (Capítulo 5) en el que Naamán, un comandante de un ejército enemigo se contagia de lepra. Él escucha que hay un profeta de nombre Eliseo en Israel que puede sanarlo. Con toda la humildad, Naamán busca al profeta y pide ayuda.

Tengo que imaginar que no pudo haber sido fácil para este “jefe militar” mostrar cualquier señal de debilidad y pedir ayuda al enemigo. Él claramente tuvo que haber estado sin opciones. Sin embargo, cuando se presentó, el profeta Eliseo ni siquiera ve al comandante. En cambio, él envía a Naamán a bañarse en el río Jordán. 

No habría una muestra más grande de poder, ni una gran atención, ni oraciones especiales, solo un baño en un río fangoso. No es exactamente lo que Naamán esperaba, y se indigna, se enoja. Pero también estaba desesperado por la sanación, se humilla así mismo. Él sigue las órdenes de Eliseo, y él fue sanado.

Esta historia me recuerda que, en el viaje de la vida, las cosas no siempre van de acuerdo con nuestras expectativas. Nuestros planes y nuestros sueños no siempre funcionan como esperábamos. Hay desvíos inesperados a lo largo del camino. 

Esta historia plantea la pregunta: ¿Con qué frecuencia mi orgullo, mi ego, mi necesidad de tener el control o mi necesidad de tener la razón se interpone en el camino de mi propia curación?

Hoy, oro por una apertura de espíritu, un nivel de humildad y una voluntad de confiar.

Oremos: Amado Dios, reconocemos que no siempre trabajas de acuerdo con nuestras expectativas. Tu sanación y redención a menudo vienen de maneras inesperadas por medios inesperados. Mantennos humildes y abiertos. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.

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La Fe de un Niño

La Fe de un Niño

El día de hoy, estoy profundamente agradecido por aquellos que han apoyado a la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación financiera. La esperanza llega a los demás gracias a ti. ¡Gracias!

No hace mucho tiempo, alguien compartió conmigo algunas oraciones que los niños le habían escrito a Dios. Algunos de ellos me hicieron reír a carcajadas. Otros tenían una ventaja intuitiva. Permítanme compartir unas cuantas oraciones con ustedes en este momento:

Querido Sr. Dios, me gustaría que no hiciera que a las personas les fuera tan fácil separarse. Me dieron 3 puntadas y una inyección.

Querido Dios, apuesto a que es muy difícil para ti amar a todos en todo el mundo. Solo hay cuatro personas en nuestra familia y nunca he podido hacerlo.

Querido Dios, mi abuelo dice que tú estabas cuando él era un niño pequeño. ¿Qué tan viejo eres?

Querido Dios, ¿Quién traza las líneas alrededor de los países?

Querido Dios, ¿Quisiste en realidad que una jirafa se vea así, o fue un accidente?

En Lucas, Capítulo 10, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.”

En otra ocasión, él dijo: “Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos.”

Que podamos acercarnos a Dios con tal apertura y honestidad y profunda fe como nuestros hijos.

Oremos: A veces, Oh Dios, nos tomamos tan en serio que dejamos poco espacio para la alegría, la curiosidad y la vulnerabilidad. Pero sabemos que quieres algo mejor para nosotros. No nos des una actitud infantil, sino un amor infantil a la vida. Ábrenos de nuevo a las maravillas de la vida, a un sentido de justicia y al amor incondicional. Amén.

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La Gracia de Aceptar a los Demás

La Gracia de Aceptar a los Demás

Hoy estoy profundamente agradecido por la Junta Directiva de Dial Hope (Digita Esperanza) y por todos los que dan tan generosamente su tiempo detrás de escena para hacer de Dial Hope (Digita Esperanza) una realidad.

John Wesley fue un predicador poderoso que tuvo una gran influencia en las iglesias de Inglaterra y América. Sin embargo, en su época, había otro predicador de nombre George Whitefield que era incluso más popular que Wesley. Él atraía a multitudes más grandes y bautizó a mucha más gente en la fe. Whitefield y Wesley eran en realidad amigos cercanos hasta que tuvieron un desacuerdo por la estricta adhesión de Whitefield a la doctrina Calvinista.

Un día después de su desacuerdo, un periodista le preguntó a Whitefield si esperaba ver o no ver a John Wesley en el cielo.

“No,” respondió Whitefield.

“Eso es lo que pensé que diría,” respondió la reportera.

“Pero no sabes a qué me refiero,” dijo Whitefield. “Wesley estará tan lejos allá arriba, cerca del Trono, que yo nunca lo veré.”

Tengo que admirar este tipo de humildad. El tipo de humildad que nos permite amar y respetar a alguien incluso a pesar de serias diferencias teológicas o políticas. Es un recordatorio para mí de que cuando llegue al cielo, sé que habrá personas allí a la que me sorprenderá ver. Y, si soy sincero, ¡yo sé que habrá personas allí que se sorprenderán de verme!

Oremos: Dios misericordioso, te damos gracias porque no tenemos que ser los jueces del mundo. Te agradecemos que no debamos tener todas las respuestas o resolver todos los problemas. Hoy, simplemente pedimos la gracia de amar y aceptar a quienes no comparten nuestra teología, política o visión mundial. En nuestro amor y aceptación, que podamos experimentar tu amor y aceptación nuevamente. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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El Alfarero y el Barro

El Alfarero y el Barro

El profeta Isaías oró una vez (64:1-8): “Nosotros somos el barro, y tú el alfarero…”

Hay un libro que me ha resultado profundamente conmovedor titulado The Holy Longing (El Santo Anhelo), escrito por un sacerdote de nombre Ronald Rolheiser. La premisa del libro es que dentro de cada uno de nosotros hay un fuego insaciable. Hay “una intranquilidad, un anhelo, un deseo, una inquietud, un hambre, una soledad, una nostalgia corrosiva, un salvajismo que no se puede domar, un dolor que todo abarca y que se encuentra en el centro de la experiencia humana y es la fuerza fundamental que impulsa todo lo demás. Esta enfermedad es universal…” Y lo que hacemos con este fuego interior, cómo lo canalizamos, es nuestra espiritualidad.

Él escribió esto: “Independientemente de si nos dejamos moldear conscientemente o no por alguna idea explícitamente religiosa, nosotros (todos) actuamos de maneras que nos dejan saludables o insalubres, amorosos o amargados.”

La verdadera pregunta es ¿Qué nos está moldeando?

Porque todos estamos siendo moldeados por algo…Podemos ser moldeados por la angustia y el miedo, por el tribalismo, por el deseo, por lo que vemos y lo que leemos…Podemos ser moldeados por nuestro pasado…y por lo que buscamos en el futuro…

¿Qué es lo que canaliza ese fuego interior que hay en ti? ¿Qué es lo que te está moldeando?

Vivimos en una época de gran inquietud, conflicto global y tremenda incertidumbre. Y en esta época del año, incluso en medio de la gran alegría de esta temporada, puede haber frenesí soledad, dolor…

Tal vez la sabiduría de nuestra fe sea marcar los límites de una temporada en la que nombramos nuestros anhelos, nombramos nuestros quebrantamientos, y nombramos la esperanza que tenemos.

En esta temporada de Adviento, que pongamos nuestros corazones y vidas nuevamente en las manos del Alfarero…y que podamos ser siempre remodelados, reformados por el amor que vemos en la venida de Cristo.

Oremos: Dios de Esperanza, te damos gracias por este tiempo santo y por tu amor por cada uno de nosotros…Moldéanos y fórmanos cada vez más a la imagen de tu Hijo Jesús, en cuyo nombre oramos. Amén.

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