Recuerda las Promesas
En la Biblia, una y otra vez, se nos llama a recordar lo que Dios ha hecho por nosotros. Recordar cómo nos acompañó Dios. Recordar cómo Dios nos ayudó en el pasado. Y recordar las promesas que Dios nos ha hecho para el futuro.
Y esto es un regalo para nosotros.
Pienso en estar de pie ante una tumba recién cavada, escuchado las palabras: El Señor es mi pastor, nada me faltará…Aunque ande en el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo…
Pienso en el inicio del confinamiento por el Covid, leyendo las palabras del Salmo 46: Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos…aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar…
Es un regalo recordar cómo Dios nos ha guiado…Es un regalo recordar sus promesas. Y es un regalo recordar cómo Dios nos ha bendecido…
A veces necesitamos recordatorios…
Pienso en cómo, en el día de Acción de Gracias, uno de los nuevos rituales en nuestra familia es que, al reunirnos antes de la cena, formamos un círculo como lo hacen muchas familias. Y los he invitado a detenernos un momento, a observar conscientemente cada rostro, a recordar en silencio los recuerdos que compartimos a lo largo de las décadas. Y en esa reflexión, podemos reconocer la belleza del momento, el regalo que es. Cuando recordamos que tenemos un número finito de estas reuniones, recordamos la bendición de estar juntos, la bendición de la familia, la bendición de la providencia de Dios y la bendición de la vida misma…
En la víspera de su propia muerte, Jesús se reunió con sus discípulos. Jesús tomó un pan, y después de dar gracias, lo partió y tomó la copa y se las dio. Y dijo: Hagan esto en memoria mía…Recuerden mi amor por ustedes…recuerden mi vida derramada…Recuerden cómo los he sostenido en el pasado…Recuerden cómo los he bendecido…Recuerden que estoy con ustedes en sus luchas, incluso ahora. Recuerden.
Esto es clave para las personas de fe. Nos reunimos a la mesa una y otra vez. Guardamos los recuerdos entre nosotros. Relatamos las historias. Las transmitimos de generación en generación. Recordamos para recordar.
Oremos: Hoy recordamos, Oh Dios, cómo nos ha ayudado a superar el pasado. Recordamos el amor y la gracia que hemos experimentado a lo largo de los años con amigos y seres queridos. Concédenos la capacidad de mirar atrás con compasión al mismo tiempo que miramos hacia adelante con esperanza; a través de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!