Oración de Navidad

Oración de Navidad

Hoy comparto como mensaje una oración escrita por mi amigo y mentor, el Reverendo Dr. Herb Meza, q.e.p.d.

Por favor oren conmigo:

Dios eterno, invadiste nuestro mundo en forma de un infante. Dios omnipotente, omnipresente, omnisciente, envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Esto asombra nuestra imaginación, desborda nuestra lógica, escandaliza nuestra manera de hacer las cosas. ¿Por qué renunciar a todo ese poder, a todo ese privilegio? Algo se nos escapa. ¿Hay algo que nos falta? ¿Por qué esta fascinación por tu encarnación?

Y, sin embargo, no todo ha sido pasado por alto, ya sabes. Nosotros datamos nuestros años a partir de ese evento, lo que sugiere que fue un nuevo comienzo. Algunas personas datan su comienzo a partir de tu presencia en su conciencia y subconsciencia y se llaman a sí mismos “nacidos de nuevo”. Hay hospitales, escuelas, orfanatos e innumerables otras instituciones que pueden rastrearte hasta tu intrusión en forma de bebé. Ha habido decretos de emancipación y teologías de liberación, todas teniendo en ti su inspiración. Y de músicos, las sonadas de Bach y la Appassionata de Beethoven, el Oratorio de Handel y Jesucristo Supestar, todos clamando tu alabanza como su motivación. E iglesias, coros y santuarios consagrados a tu gloria. ¿Qué has hecho con ese cuerpo de carne y divinidad tan inocentemente nutrido en las cercanías de Belén?

Nuestras mentes están aturdidas por la lucha de ese infante donde la oscuridad que busca prevalecer se vuelve inútil; nuestra propia oscuridad contemporánea ahora se vuelve impotente por nuestra fe, nuestros miedos dominados por nuestra fe, nuestros pecados ya no quedan sin expiación, nuestras esperanzas determinan nuestras vidas, toda la vida se vuelve sagrada, toda nuestra vida está libre de odio. ¿Qué has hecho en ese cuerpo de carne y divinidad envuelto en pañales de civilidad?

Nos detenemos de nuevo, Oh Dios, en medio de las luces y la música y las velas y las tarjetas y los árboles y los adornos y los regalos y Santa Claus y los dulces y la comida y los renos y el papel regalo; en medio del ponche de huevo y las campanillas de los trineos, nos detenemos para recordar cómo empezó todo. Y te alabamos por tu sabiduría y te amamos por tu regalo, tu dolor, tu sacrificio y pedimos que nunca se nos permita olvidar de qué se trata la Navidad: “Ese pequeño bebé envuelto en pañales, acostado en un pesebre.”

Tu amor nos alcanza con todo lo que tienes, tu disposición a confiar en nosotros para que veamos tu mundo a través de su locura, tu tranquila determinación de ser paciente, tu irrevocable preocupación por todas las personas, tu don de paz en el que nunca creyeron del todo, esperando a que hombres y mujeres de buena voluntad lo hagan realidad. Te damos gracias, Oh Dios, por una Navidad verdaderamente feliz. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Dándolo Todo

Dándolo Todo

Durante los últimos días, hemos reflexionado sobre el poder de la confianza, la entrega y el dar: específicamente, en hacer acto de presencia con un corazón abierto y ofrecer nuestro tiempo en servicio.

Pero aún hay más…

Desde una perspectiva Cristiana, cuando pensamos en dar, también estamos invitados a dar de nuestro dinero. Esto puede ser lo más difícil de todo, porque el dinero está cerca de nuestros corazones. Personalmente, esto es lo más difícil. Pero al ser lo más difícil de dar, tiene el mayor impacto, incluso un impacto descomunal, tanto en el mundo de aquí, en nuestros corazones, como en el mundo que nos rodea.

Pienso en algunas de las formas en que el dar tiempo, dinero, energía y talentos ha impactado mi propia congregación y comunidad.

Pienso en Fran  McCormick, que habló ante nuestra congregación un domingo. Ella dijo: “Llegué a esta iglesia hace dos años, dos meses después de la muerte de mi marido. Estaba destrozada, perdida y sola cuando entré por la puerta principal. Encontré una iglesia hermosa, cálida y amorosa y una congregación acogedora. Encontré a extraños que se han convertido en amigos y ahora son familia…He crecido espiritualmente y mi vida ha cambiado…”

Pienso en los niños hambrientos que reciben comida en las escuelas primarias locales. Pienso en las mujeres que buscan refugio en el albergue Betty Griffin…Pienso en las casas de Hábitat que se están construyendo…Pienso en las 50 familias que vienen cada semana al comedor social que hay al final de la calle.

Y pienso en Dial Hope. Y en como tus ofrendas fortalecen este ministerio…

Podría seguir y seguir…

Sin duda, hay una necesidad tremenda a nuestro alrededor…A veces resulta abrumadora. Hay una gran división…Hay una epidemia de soledad…y al mismo tiempo un hambre espiritual…Y cada uno de nosotros llevamos nuestras propias necesidades, nuestras propias luchas y nuestras propias cargas…

.Es en y a través de esta lucha que Jesús nos llama…y comienza a sanarnos…Ven a mí…Juntos ustedes son mi Cuerpo…mi corazón y mis manos obrando en el mundo…Ustedes son parte de mi respuesta a un mundo que se está saliendo de control. Estoy empezando con ustedes…Ven a mí…confía…entrégate…y recibe.

Oremos: Abre nuestros corazones para confiar en ti, Oh Dios, y para entregarnos a ti. Incluso en nuestras propias necesidades, especialmente en nuestras propias necesidades, ayúdanos a encontrar maneras de dar y servir; en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

El Regalo del Tiempo

El Regalo del Tiempo

Ayer mencioné que, durante el último año, nuestra congregación dejó de aceptar ofrendas financieras físicas durante el servicio religioso. Recordando que dar es más que solo dinero, pasamos a una invitación más general: Durante este tiempo de ofrendas, los invito a entregar nuevamente sus corazones y vidas a Cristo.

Pero, ¿cómo se ve esto en concreto?

Ayer hablé de hacer acto de presencia con el corazón abierto.

Pero hay más…

Hace unas semanas estuve en la región montañosa de Texas con un grupo de clérigos. Hace 22 años que me reúno con este mismo grupo. Normalmente tenemos un par de libros para discutir sobre los temas. Hablamos de cuestiones relacionadas con el ministerio. Y, nos comunicamos unos con otros en cuatro áreas de nuestra vida: vocacional, personal, física y espiritual. Esta es una manera de hacernos responsables mutuamente. ¿Qué estas haciendo para cuidarte en estas áreas?

Mientras le preguntaba cómo estaba su vida espiritual, una de mis amigas me dijo: “Quiero decirte que mi vida de oración está bien…pero creo que lo que realmente me falta es dedicar algo de mi tiempo a servir a los pobres…” Es ahí donde ella siente la presencia de Cristo de la manera más profunda. Es ahí donde se alimenta.

Sus comentarios me recordaron el crecimiento interior que se produce al servir a los demás, ya sea dentro de la iglesia o fuera de ella. Además, nos profundizamos cuando empezamos a construir relaciones con personas que son muy diferentes a nosotros.

Cuando reflexionamos sobre la ofrenda de nuestras vidas, podríamos orar: Dios, me has llamado a ser parte de tu Cuerpo aquí en la tierra, tus manos, tus pies, haciendo concretamente tu obra. Me has llamado a compartir mi vida con los demás. En respuesta, reservo un tiempo (lo marco en mi calendario), para usar dones que he recibido para bendecir al mundo.

Oremos: Abre nuestros corazones para confiar en ti, Oh Dios, y para entregarnos a ti. Incluso en nuestras propias necesidades, especialmente en nuestras propias necesidades, ayúdanos a encontrar maneras de dar y servir; en el nombre de Jesús. Amén.

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Acto de Presencia

Acto de Presencia

Durante el último año, nuestra congregación dejó de aceptar ofrendas financieras físicas durante el servicio de adoración. Se puede imaginar la angustia inicial de los líderes cuando surgió esta propuesta. Pero dar es más que solo dinero, ¿no es así? Por eso hemos optado por una invitación más general. A menudo digo: Durante este tiempo de ofrendas, los invito a entregar nuevamente sus corazones y vidas a Cristo.

Pero, ¿cómo se ve esto en concreto?

Algunas reflexiones.

He estado pensando en mi abuela. Ella ya no está con nosotros en este plano terrenal, pero hace unos años la llamé, un domingo por la tarde, para saber cómo estaba. Y durante nuestra conversación le pregunté: Abuela, ¿cómo te fue hoy en la iglesia? Y ella respondió: “Oh, hoy no fui.” Y yo le dije: “Apuesto a que te extrañaron.” ¿Y sabes lo que me dijo? Ella dijo: “Bueno…¡seguro que no enviaron ningún grupo de búsqueda!” Creo que estaba siendo graciosa.

La verdad es que Mamaw, como cariñosamente llamaba a mi abuela, habría sido la primera en decírtelo; la mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo que tenemos para ofrecer…y la diferencia que podemos hacer.

Tan solo en el nivel superficial, cuando te presentas a un servicio religioso, a una cena compartida, a un estudio bíblico o a una misión comunitaria, incluso si no dijiste ni una palabra, aportas energía espiritual. Tu presencia aporta una sensación de afirmación. Estamos juntos en esto. También aportas tus conocimientos, tus desafíos y tu amor a las personas que te rodean. En muchos sentidos, simplemente por hacer acto de presencia, tú mismo eres un regalo.

Llevemos esto un paso más allá. Cuando hacemos acto de presencia con una mente y un corazón abierto, algo sucede dentro de nosotros. Jesús comienza a trabajar en nosotros. Él comienza a inclinar nuestra voluntad hacia la suya, nuestros corazones hacia su corazón…Entregamos nuestro orgullo…nuestro ego…nuestra necesidad de tener el control…Y, en esa entrega, encontramos las semillas de la plenitud.

Una manera de ofrecer nuestras vidas a Cristo es hacer acto de presencia.

Oremos: Abre nuestros corazones para confiar en ti, Oh Dios, y para entregarnos a ti. Incluso en nuestras propias necesidades, especialmente en nuestras propias necesidades, ayúdanos a encontrar maneras de dar y servir; en el nombre de Jesús. Amén.

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Entregarse

Entregarse

Recientemente celebramos nuestra Herencia Escocesa en un servicio de adoración, con gaitas y tambores. Esto me recordó un viaje a Escocia hace dos veranos…adorando en la Catedral de San Giles en Edimburgo. Dicha iglesia celebrará su 900 aniversario el año que viene. ¡900 años!

Mientras estaba sentado en dicho antiguo santuario aquel domingo de Pentecostés y el coro comenzaba a cantar, pensé en las generaciones que han estado adorándote en ese mismo lugar. Y pensé en el profundo pozo de recursos que ofrece nuestra fe. Mucho más allá de Escocia, las personas se han congregado en iglesias de todo el mundo durante casi 2000 años, acudiendo a beber profundamente del agua viva que Cristo ofrece…acudiendo a ofrecerle sus corazones y sus vidas.

A principio de año, yo le pregunté a mi congregación por qué venían a la iglesia. Había muchas razones: Venimos a dar gloria a Dios. Venimos en busca de sanación. Venimos en busca de orientación. Venimos en busca de plenitud, significado y comunidad.

Y descubrimos que lo que Jesús nos pide es que confiemos, que nos entreguemos y que le devolvamos nuestro corazón. Y entonces, en esa confianza, en esa entrega, en ese dar, hay una profundización…y están las semillas de la sanación y la plenitud.

Me pregunto si hay áreas de tu vida en las que Jesús te pide que confíes…o que te entregues. Me pregunto si hay algo que necesitas dejar ir, o algo que Él te está llamando a dar. Esta semana, te invito a que encomiendes estas preguntas en oración. Pídele que hable a tu vida. Ofrece tu corazón y tu vida, y bebe profundamente del agua viva.

Oremos: Abre nuestros corazones para confiar en ti, Oh Dios, y entregarnos. Incluso en nuestras propias necesidades, especialmente en nuestras propias necesidades, ayúdanos a encontrar maneras de dar y servir; en el nombre de Jesús. Amén.

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Vislumbres de Luz

Vislumbres de Luz

En Romanos 13:11-12, leemos: “Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos. La noche está muy avanzada y ya se acerca el día”. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz…

Este pasaje bíblico de Romanos es uno de los que se lee a menudo en las iglesias de todo el mundo en esta época del año. Es un pasaje común en el leccionario de Adviento.

Me encanta esta imagen…la noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Hay ecos de la mañana de Pascua…Ya casi es el amanecer…Casi se puede sentir la nueva vida estallando a través de la fría corteza invernal del viejo mundo. Hay una anticipación de la venida de Cristo.

También es interesante que este pasaje siempre esté acompañado de una lectura del profeta Isaías, quien nos da una visión del reino de Dios que viene en un sentido más pleno. Aquí tenemos una visión de Dios sanando, restaurando y renovando toda la creación. El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito…rebosará la tierra con el conocimiento del Señor…No harán ningún daño ni estrago en todo mi monte santo. (Isaías 11:1-10)

Cuando los primeros Cristianos leyeron nuevamente estos pasajes de Isaías, se dieron cuenta que: este es el reino del que habló Jesús. Este es el Reino que Jesús dijo que vendría…

Para Pablo y para estos primeros Cristianos, existía la creencia y la esperanza de que Cristo regresaría y que, cuando eso sucediera, el reino de Dios llegaría en su sentido más amplio. Ellos creían que lo que Dios comenzó en Cristo comenzó en aquella primera mañana de Navidad, Dios un día lo completaría. Y aunque este reino todavía no está aquí en su plenitud, está comenzando a aparecer. Hay vislumbres, incluso ahora.

A veces parece como si nosotros los humanos estuviéramos programados para percibir lo malo. Nuestros cerebros se aferran a los peligros potenciales. El miedo y la ansiedad son comunes. Los medios de comunicación no ayudan. Ellos saben lo que se vende. Pero en verdad no tenemos que mirar muy lejos para ver a las personas y los lugares donde el Espíritu de Dios está vivo y obrando.

A medida que avanzamos en esta Temporada Santa, los invito a que afinen sus ojos y miren a su alrededor para notar este reino que está llegando. Permitan que la belleza y el bien del mundo penetren profundamente en sus propias almas. Y denle alabanza.

Oremos: Dios misericordioso, te damos gracias por la promesa de la Navidad: que la luz brilla en la oscuridad y la oscuridad no puede vencerla. Danos ojos para ver y corazones para responder; a través de Jesús nuestro Salvador. Amén.

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Recoger las Piezas

Recoger las Piezas

El mensaje de hoy fue escrito por el Rev. Dr. Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope.

Debido a la venida de Jesucristo, la Navidad es una buena noticia de que la esperanza es real. La esperanza es siempre una posibilidad de fe. En Hebreos 10:23 leemos: “Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.”

Un día, muy cerca de la Navidad, un niño estaba llegando al final del pasillo de la iglesia. Tenía en la mano una bandeja de cerámica que había hecho para su mamá. Mientras corría por el pasillo, tropezó y cayó. La bandeja se rompió en varios pedazos. El niño estaba devastado. Empezó a llorar en voz alta y de manera incontrolable. Las personas trataron de consolarlo con todo tipo de consejos: “solo era una bandeja.” “Puedes hacer otro.” “Puedes darle a tu mamá otra cosa.” El niño estaba inconsolable. Finalmente, su mamá llegó a la escena. Inmediatamente se dio cuenta de lo que había sucedido. Agachada junto a su hijo y su regalo roto, ella dijo: “Bueno, ahora, vamos a recoger los pedazos y llevarlos todos a casa. Los pondremos juntos y veremos qué hacemos con las piezas.”

¿No es exactamente de lo que se trata el mensaje Navideño de esperanza? El mundo está roto en muchos fragmentos, al igual que nuestras vidas. Dios se agacha al lado de nosotros. “Bueno, ahora,” Dios dice: “Déjame ayudarte a recoger las piezas.  Los pondremos juntos y veremos qué hacemos con las piezas.”

En una noche, hace mucho tiempo, Dios bajó las escaleras del cielo con un niño pequeño en sus brazos. Ese niño es una fuente de esperanza en la vida humana. Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), hay que ser un signo de esperanza en un mundo fragmentado. Dios te ha bendecido para que seas bendición para los demás.

Oremos: Dios de amor, en esta temporada de espera y anhelo, danos la gracia para esperar tu venida desde la parte inferior de los dedos de los pies, hasta los bordes de la punta de nuestros dedos. Ven y haz nuevas todas las cosas. Nace en nosotros el día de hoy y guíanos hacia la luz de tu amor. Ayúdanos, con tu gracia, en hacer de este día una obra maestra. A través de Jesucristo, el Mesías. Amén.

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El Libro que Me Define

El Libro que Me Define

El autor Hans-Ruedi Weber cuenta una popular historia de África Oriental sobre una mujer sencilla que siempre caminaba con su gran Biblia voluminosa. No importaba a dónde fuera, siempre llevaba la Biblia con ella. Llegó al punto en que los otros aldeanos comenzaron a molestarla, “¿Por qué siempre la Biblia? Hay tantos otros buenos libros que podrías leer.” Las burlas no parecieron molestar a la mujer. Ella continuaba llevando la Biblia por todas partes. Finalmente, un día, mientras una multitud se reía de ella, levantó la Biblia por encima de su cabeza, y dijo con una gran sonrisa: “Sí, por supuesto, hay muchos libros que puedo leer. Sin embargo, solo hay un libro que me define.”

Es cierto. Me sorprende cómo nuestras escrituras tienen el poder de definirnos. Con el paso del tiempo, incluso los pasajes Bíblicos familiares pueden hablarnos de manera nueva y perspicaz. 

El día de hoy, los invito a escuchar el pasaje Bíblico de Mateo, capítulo 6 una vez más – o tal vez por primera vez. Escucha lo que Dios puede estar diciéndote, incluso ahora.

Jesús dijo:

“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?…

“Así que no se preocupen diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿Qué beberemos? o ¿Con qué nos vestiremos? Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre Celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”

Oremos: Abre nuestros corazones a tu Palabra nuevamente este día; que a medida que leemos y mientras oramos, nuestras vidas se sintonizarán con la tuya. Amén.

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La Navidad Perfecta

La Navidad Perfecta

El mensaje de hoy fue escrito por mi amiga, Reverenda Tasha Blackburn.

Me pregunto si alguna vez te has preocupado acerca de una Navidad “perfecta”. Sin duda, la trama de muchas películas navideñas nos indica que esto es algo de lo que debemos preocuparnos. Si esto te ha preocupado, hoy quiero recordarte de la primera Navidad.

Según la forma en que Lucas lo cuenta, él quiere que sepamos dos cosas con certeza. Primero, Jesús y su familia estaban oprimidos. El Imperio Romano tenía control sobre María y José, obligándolos a viajar para registrarse en Roma y poder pagar aún más impuestos por parte de su supervisor extranjero. Lucas quiere que sepamos que la primera Navidad ocurre bajo la sombra de la opresión.

En segundo lugar, Jesús nace en una familia que está en peligro. Esto lo sabemos por el mero hecho de que María viajó con José. ¿Por qué lo haría cuando estaba a punto de nacer su bebé? Sólo José tenía que ir. ¿Iría ella porque estaba en peligro si no lo hacía? Según la ley, María podría haber sido apedreada por estar embarazada con un hijo de otro hombre. Así que se quedó cerca de José y él se quedó cerca de ella porque, esa primera Navidad, había peligro en el aire.

La opresión y el peligro, nos dice lucas, son el escenario de la primera Navidad. Esto significa que las condiciones estaban lejos de ser perfectas y, sin embargo, Dios envió a su Hijo de todos modos. Tal vez no “de todos modos”. Tal vez porque las condiciones estaban lejos de ser perfectas; tal vez por eso Dios envió a su Hijo esa primera Navidad. Y cada Navidad desde entonces. Porque la Navidad es más plena, en su forma más perfecta, cuando Jesús aparece en medio de lo que sea que enfrentemos.

Oremos: Jesús, en esta Navidad, ayúdame a recordar que se trata de ti. No se trata de que todo sea perfecto ni de que mi vida esté lo suficientemente limpia para lograrlo. Recuérdame una vez más que se trata de ti, que toda mi vida se trata de ti, de que tú estás presente para mí y para este mundo en medio de nuestro caos. Amén.

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La (I)Lógica de la Navidad

La (I)Lógica de la Navidad

El mensaje de hoy fue escrito por mi amiga, Reverenda Tasha Blackburn.

El otro día estuve hablando con una clase sobre, entre otras cosas, la relación de la Inteligencia Artificial (IA) con nuestra fe. Mientras compartíamos juntos, empezamos a considerar cuál es la imagen de Dios en nosotros, la imagen que leemos en Génesis que Dios puso en cada uno de nosotros para que pudiéramos ser como Él de alguna manera. Durante generaciones, una de las respuestas a esa pregunta era el conocimiento. Que podíamos pensar y razonar y eso era lo que nos hacía como Dios. Pero, cuanto más hablábamos, más estábamos de acuerdo en que esa no podía ser la respuesta, al menos no del todo. Si es así, entonces la IA ya se pareciera mucho más a Dios de lo que ¡mi cerebro de “queso Suizo” jamás será!

Luego, alguien de la clase llegó a esta conclusión: tal vez nos acercamos más a quién es Dios al darnos cuenta de que Dios no se trata de lógica ni de datos. De hecho, si algo es cierto, Dios es lo opuesto a la IA. En cambio, Dios es completamente ilógico. La propia Navidad nos dice esa profunda verdad. Es completamente ilógico que Dios, el creador del universo, el Todopoderoso, el Gran YO SOY, amara tanto a este mundo que enviara a su único Hijo, no para condenar al mundo, sino para salvarlo. No tiene sentido analítico. Nunca cuadrará. Es ilógico.

Y tal vez eso es precisamente lo que Dios puso en cada uno de nosotros: que también nosotros fuimos creados para ser ilógicos. Tal vez nos parezcamos más a Dios cuando amamos más allá de la razón, cuando perdonamos hasta que resulta vergonzoso, y cuando actuamos de maneras que nunca cuadrarán en un libro de contabilidad. No sé si esa es la imagen de divinidad que Dios puso en nosotros, pero espero que lo sea. Esta Navidad, realmente espero que lo sea. Porque sé que confío en la misericordia, la gracia y el amor de un Dios, a quien oro, es completamente ilógico conmigo. Mi oración en esta temporada es que Dios sea completamente ilógico con todos nosotros.

Oremos: Señor Dios, te damos gracias. Te damos gracias porque cruzaste todos los límites, llegaste más lejos de lo que podemos imaginar y rompiste todas las reglas para estar con nosotros. Gracias por ser completamente ilógico en tu amor por nosotros. Ayúdanos a ser ilógicos en nuestro amor por tu mundo. Amén.

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