Anillos de la Memoria
El poeta y filósofo John O’Donohue dijo: De una manera extraña, nada se pierde ni se olvida; todo lo que nos sucede permanece dentro de nosotros…La imagen en la naturaleza…que podamos mirar, es el árbol; todos los anillos de la memoria envuelven todos los años de crecimiento, floreciendo, sedientos, prosperando, muriendo…De manera similar, dentro de la parte de arcilla de cada alma, están los anillos de la memoria y puedes encontrarlos.
En los últimos días, hemos estado reflexionando sobre el regalo de la memoria, y sobre cómo es cierto que muchas de las experiencias que tenemos en el mundo son desgarradoras, dolorosas y difíciles. Sin embargo, cuando visitamos esos lugares con compasión y con fe, iniciamos el proceso de sanación y crecimiento.
En la Biblia, una y otra vez se nos llama a recordar la mano de Dios obrando en nuestras vidas en el pasado.
En Deuteronomio 4:9 leemos: «¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos».
En el Salmo 103:2: «Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ningunos de sus beneficios…»
En Isaías 46:9 está escrito: «Recuerden las cosas pasadas, aquellas de antaño…yo soy Dios, y no hay ningún otro».
Y en la Segunda Carta a Timoteo, capítulo 2:8: «No dejes de recordar a Jesucristo, levantado de entre los muertos…Este es mi evangelio…»
Oremos: Hoy recordamos, Oh Dios, cómo nos ha ayudado a superar el pasado. Recordamos el amor y la gracia que hemos experimentado a lo largo de los años con amigos y seres queridos. Concédenos la capacidad de mirar atrás con compasión al mismo tiempo que miramos hacia adelante con esperanza; a través de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
