A Aquellos a Quienes se les Ha dado en Abundancia…
Poco antes de su muerte, en el año 2005, el economista estadounidense Robert Heilbroner sugirió un pequeño ejercicio mental que realmente me hizo contar mis bendiciones. Él escribió:
“Imagina hacer lo siguiente, y verás cómo es la vida cotidiana de hasta un billón de personas en el mundo.”
- Saque todos los muebles de su hogar, a excepción de una mesa y un par de sillas. Utiliza mantas y almohadilla como camas.
- Llévese toda su ropa, a excepción de su vestido o traje más viejo, camisa o blusa. Deja solo un par de zapatos.
- Vacíe la despensa y el refrigerador, a excepción de una bolsa pequeña de harina, algo de azúcar y sal, algunas papas, algunas cebollas y un plato de frijoles secos.
- Desmonte el baño, cierre la llave principal de agua, y retire todo el cableado eléctrico de su casa.
- Despréndete de la casa y lleva a tu familia a la caseta de herramientas.
- Coloca tu “casa” en un barrio pobre.
- Cancela todas las suscripciones a periódicos, revistas y clubes de lectura. Esto no es una gran pérdida porque, de todos modos, ahora ninguno de ustedes sabe leer.
- Deja solo un radio para todo el barrio pobre.
- Traslada al hospital o clínica más cercana a diez millas de distancia y coloca a una partera a cargo, en lugar de un médico.
- Deseche sus libretas de ahorro, certificados de acciones, planes de jubilación, y pólizas de seguros. Deje a la familia un tesoro en efectivo de diez dólares.
- Dele al jefe de familia unas acres de tierra para cultivar, en el cual pueda obtener unos cientos de dólares de cultivos comerciales, de los cuales un tercio irá al propietario y un décimo a los prestamistas.
- Desechar 25 años o más en la expectativa de vida.
Cada vez que leo esto, siento un profundo sentimiento de gratitud. En comparación, ¡yo tengo tanto! Pero también me recuerda que nuestras escrituras son muy claras: Hemos sido bendecidos para ser una bendición para los demás. Y con nuestra riqueza viene la responsabilidad de usarla sabiamente, no de derrochar y más bien de ayudar a los demás. El día de hoy, reflexionemos sobre dichas cosas.
Oremos: Amado Dios, nos has bendecido en abundancia. Ayúdanos a encontrar un significado y un propósito más profundo en nuestras vidas a través del servicio al prójimo. Acompáñanos donde sea que estemos en el camino de la vida – tráenos sanación y danos el poder para crecer. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!