Tu Vida como una Carta

En su segunda carta a los Corintios, el Apóstol Pablo escribió:

«Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.» (2 Corintios 3:2-3)

Ustedes mismos son nuestra carta.

En esa cultura, las cartas de recomendación se usaban a menudo para presentar o elogiar a alguien. Y Pablo está diciendo: Ustedes mismos son un signo visible de la obra de Cristo en sus vidas.

¿Alguna vez has pensado en tu vida como una carta a ser leída? Si tu vida fuera una carta, ¿qué diría? ¿Qué leerían los demás al mirarte?

Espero que vean el amor de Cristo reflejado en su generosidad y bondad. Espero que experimenten su gracia y amor en sus interacciones con ellos, y en su cuidado por los demás. Espero que tu paz esté presente en la forma en que construyes puentes con quienes ven el mundo de forma diferente a la tuya.

Me gusta esta metáfora porque es muy cierta. Cuando las personas observan nuestras vidas y la forma cómo vivimos, ellos pueden ver lo que creemos y lo que valoramos. El viejo dicho es cierto: Eres la única Biblia que algunas personas leerán. Tu vida dice algo.

Cristo está tratando de escribir una carta, una carta de amor, al mundo en tu corazón.

Si tu vida fuera una carta ¿qué diría?

Oremos: Oh Dios, llénanos de tu gracia, misericordia y amor, para que estos dones se manifiesten en nuestras palabras y acciones cotidianas. Que la carta, que es nuestra vida, hable a la necesidad más profunda del mundo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!