Llamadas de Umbral

En Isaías capítulo 6, leemos: «El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono…Entonces oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré?»

Durante los últimos dos días, hemos reflexionado sobre cómo el llamado de Isaías que se produjo tras un importante acontecimiento histórico ocurrido durante su vida. Estos tipos de acontecimientos a menudo nos abren los ojos a la gran necesidad que nos rodea. Pero no se trata solo de los grandes acontecimientos mundiales, ¿verdad? Incluso los acontecimientos de nuestra propia vida pueden abrirnos el corazón a un nuevo llamado…

Quizás, para ti, podría sonar más como esto: En el año del diagnóstico…En el año en que murió mi padre…En el año en que mi esposa me dejó…En el año en que perdí mi trabajo…En el año en que ella enfermó…Vi al Señor de pie arriba y en medio de mi vida…y supe que mi vida había cambiado para siempre…Sabía que tenía que cambiar…Sentí que había más en la vida de lo que estaba viviendo…Yo fui hecho para algo más que esto…

El poeta y filósofo Jhon O´Donahue escribe sobre estos momentos de umbral. Lo expresó así: «Si volvemos a la etimología de la palabra «umbral», es un término agrícola. Proviene de  «trilla», que consiste en separar el grano de la cáscara. Así que el umbral, en cierto modo, es un lugar donde se accede a una plenitud más crítica, desafiante y digna».

A través de estos acontecimientos de la vida, a través de estos umbrales, Dios a menudo nos habla y nos llama a responder. Estos momentos nos impulsan a decidir: ¿Voy a seguir este camino con mi vida o aquel otro? ¿Voy a volverme pequeño, amargado y enojado, o voy a usar esta experiencia para crecer y ayudar a los demás?

Podría ser que esta experiencia te esté llamando a conectar con el mundo creativamente de una manera nueva…o a dar para satisfacer las necesidades que Dios ha puesto en tu corazón. O quizás podría ser un llamado a conocer a quienes ven el mundo de manera diferente, a tender puentes entre ellos o simplemente a cambiar tu perspectiva.

Ya sea que experimentes ese llamado como un tirón en tu corazón o una agitación en tu alma, o ya sea que escuches claramente la voz de Dios como Isaías, o te conmuevan los gritos de la necesidad humana…o ya sea que simplemente sientas en tu corazón: esto es algo que puedo hacer ahora mismo, estos llamados hablan de la presencia de un Dios bondadoso, un Dios amoroso, un Dios cuyo Espíritu está trabajando profundamente dentro de nosotros, moviéndonos, sintiendo obligación, llamándonos a llegar a los lugares donde más se necesita la gracia. 

Oremos: Dios misericordioso, abre nuestros ojos y corazones a una pequeña acción que podamos hacer hoy, cerca de casa, para compartir tu amor y gracia con quienes lo necesitan; en el nombre de Jesús. Amén

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!