Llenos de Alegría
Hace varios años, recuerdo a mi amigo Charlie Landreth compartiendo un mensaje sobre la historia de los Reyes Magos siguiendo la estrella para encontrar al niño Jesús. Y recuerdo que el señaló que ante todo lo que nos dice Mateo, con palabras que casi saltan de la página: Al ver la estrella, se llenaron de alegría…
Esa es una declaración poderosa. ¡Ellos estaban llenos de alegría!
Barbara Brown Taylor describe la experiencia de la alegría como “casi irreverente.” Ella escribió: “La alegría nunca ha tenido mucho que ver con lo que está pasando en el mundo en este momento. Esto es lo que lo hace diferente de la felicidad, o placer o la diversión. Todo esto depende de condiciones positivas…La única condición para la alegría es la presencia de Dios…lo que significa que pude emerger en una economía deprimida, en medio de una guerra o en una sala de espera de cuidados intensivos…es un regalo…”
Además de la alegría; sin embargo, hay otra emoción que prevalece en este texto: Y es el miedo. Si tuviéramos que retroceder, cuando los Reyes Magos llegaron a Jerusalén y comenzaron a preguntar, Mateo nos dice que Herodes se puso muy nervioso. Esta noticia del nacimiento de Jesús lo asustó. Y no solo a él. Mateo dijo: “Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.”
El miedo es una emoción bastante poderosa también.
Entonces, que gran contraste: Los hombres sabios siguiendo la estrella que conduce a la alegría y Herodes y toda Jerusalén – nunca miraron hacia arriba – llenos de miedo.
Yo recuerdo a Charlie preguntando: ¿Dónde encuentras tu lugar en esta historia? ¿Dónde ponerse de pie al enfrentar este Año Nuevo? ¿En qué estado de ánimo vives tu vida? ¿Alegría o miedo? ¿O una mezcla de ambos? La mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas dentro de esa tensión…
Me pregunto con qué frecuencia el miedo se interpone en nuestro camino de seguir la luz – o incluso de notar la luz. Me pregunto con qué frecuencia el miedo se interpone en el camino de nuestra experiencia de alegría, gracia o Dios…
Mientras nos dirigimos al año venidero – donde sea que estés en el viaje de la vida: Oro para que no permitas que el miedo domine tu vida o tus decisiones. Oro para que mantengas la cabeza erguida, los ojos abiertos y el corazón tierno…Oro para que, al hacerlo, puedas notar la irrupción de la luz de Cristo en tu vida en momentos inesperados y de formas inesperadas. Que esa luz no solo te traiga una alegría profunda y duradera – sino que te lleve a responder con todo tu corazón…
Oremos: Dios de Gracia, mientras nos sentamos al borde del año venidero, te pedimos que la luz de Cristo traiga alegría y esperanza a nuestros corazones. Es en su nombre que oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!