Todo lo Que Soy y Todo lo que Tengo
En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo nos promete que nada en la vida o en la muerte puede separarnos del amor de Dios. Y, comparte con nosotros que Dios tiene la intención de restaurar y renovar toda la creación, todo, incluidos tú y yo. Luego, en el Capítulo 12, cambia el énfasis y escribe:
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
Richard Foster es realista acerca de este versículo. Él escribió: “¡El problema con un sacrificio ‘vivo’ es de que siempre quiere bajarse del altar!”
Y así es que Pablo nos recuerda que somos bendecidos y cuidados. Somos amados y se nos ha dado un nuevo contrato de vida.
Hoy, en este Sábado Santo, mientras esperamos entre la cruz y el sepulcro vacío, recordamos el sacrificio de Cristo por nosotros. En respuesta, permite que vivamos esta nueva vida al máximo – entregando todo nuestro ser a Dios – permitiendo que Dios nos utilice como instrumentos de esperanza, gracia y paz. Hoy, permite que nos quedemos en el altar.
Nuestra oración de hoy se inspira en una oración de devocionario 4-H de una organización de jóvenes. Oremos: Amado Dios, el día de hoy, comprometo mi cabeza a un pensamiento más claro. Comprometo mi corazón a mayor fidelidad. Comprometo mis manos en ayudar enormemente, y comprometo mi salud para vivir mejor. Que mi cabeza, corazón, manos, salud, todo lo que soy y todo lo que tengo se usen para mostrar tu amor a este mundo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!