Viendo a Dios en Todo Nuestro Alrededor
Recientemente leí la historia de un niño quien le había realizado una pregunta sobre Dios a su hermana mayor. “Susie, ¿puede alguien realmente ver a Dios?” “Por supuesto que no, tontito,” ella respondió. “Dios está tan arriba en el cielo que nadie puede ver a Dios.”
Algún tiempo después, el niño se acercó a su mamá con la misma pregunta, “Mamá, ¿puede alguien ver a Dios?” Más suavemente, su mamá respondió, “No, en realidad no. Dios es un espíritu y vive en nuestros corazones, pero nunca podremos ver realmente a Dios.” Aunque la respuesta de su mamá era algo más satisfactoria, el muchacho todavía se preguntaba sobre la situación.
No mucho después, el abuelo del muchacho lo llevó a un viaje de pesca, y los dos tuvieron un gran día juntos. Al final del día, la puesta del sol era espectacular. El abuelo estaba atrapado en la belleza, y el nieto estaba consciente de una profunda paz y satisfacción grabada en el rostro de su abuelo. “Abuelo,” comenzó el chico, “no iba a preguntarle a nadie más, pero me pregunto si puedes decirme la respuesta de algo que me he estado preguntando desde hace mucho tiempo. ¿Puede alguien realmente ver a Dios?” El abuelo reflexionó en sus pensamientos por unos momentos, luego simplemente dijo, “Nieto, se está oscureciendo y no puedo ver nada más.”
Eso es hermoso, ¿verdad que sí?
Mi oración para ti el día de hoy es, como el abuelo, que puedas ver a Dios a todo tu alrededor: en la belleza del ocaso, en la inocencia y alegría de un niño, en la sonrisa de un amigo, en una suave brisa o en el regalo del tiempo compartido con un ser querido. Y, a medida que lo hagas, que puedas experimentar una profunda sensación de paz y satisfacción.
Oremos: Dios de Gracia, oramos hoy para poder tener ojos que puedan ver y corazones que noten tu presencia en los momentos cotidianos de la vida. En este momento, elevo hacia ti a aquellas personas que llevan cargas pesadas y por lo tanto son agobiados por la ansiedad y el estrés. Descansa tu Espíritu sobre ellos. Concédeles tu gracia y fortaleza, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!