Todos Nuestros Hijos
Durante el conflicto en Sarajevo, Jim Wallis escribió sobre un periodista que estaba cubriendo la guerra. Un día, en medio de una batalla, el reportero vio la forma en que un francotirador le disparó a una niña. Por supuesto, arrojó su libreta y el lápiz, corrió hacia el hombre que estaba sosteniendo a la niña, y luego los ayudó a ambos a entrar al vehículo.
A medida que el reportero se dirigía al hospital, el hombre que sostenía a la niña que sangraba dijo: “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía está viva.” Un momento o dos más tarde, “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía respira.” Un momento después, “Deprisa, mi amigo, mi hija todavía tiene temperatura en su cuerpo.” Finalmente, él gritó, “Deprisa. Oh, Dios, mi hija se está poniendo fría.”
Cuando llegaron al hospital, la pequeña niña había fallecido. Cuando los dos hombres estaban lavándose la sangre de sus manos y ropa, el hombre dio la vuelta hacia el reportero y dijo: “Esta es una tarea terrible para mí. Tengo que ir a decirle a su padre que su hija está muerta. Él va a estar devastado.” El periodista quedó aturdido. Miró al angustiado hombre y dijo, “yo pensé que era tu hija.” Luego el hombre miró hacia el periodista y dijo: “No, pero ¿Acaso no son todos nuestros hijos?”
Es tan cierto. Son todos nuestros hijos. También son hijos de Dios, y Dios nos ha confiado su cuidado.
Jesús dijo una vez: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por los más pequeños, lo hicieron por mí.” (Mateo 25:40)
Si alguna vez te has preguntado del por qué las iglesias apoyan los orfanatos o por qué llenan las mochilas de comida para los niños indigentes en sus comunidades; o si alguna vez te has preguntado del por qué sus miembros se ofrecen como voluntarios para orientar a los estudiantes más pobres y vulnerables en sus condados; o del por qué recaudan dinero para misiones médicas a países extranjeros o del por qué construyen casas para Hábitat para la Humanidad, esto es al menos la razón del por qué. Yo digo que es parte de la razón porque hay otro lado de este tipo de dar. Muchas personas también encuentran un profundo significado e incluso sanidad en su propia entrega y servicio a los demás.
Sea cual sea la motivación, que tú y yo podamos seguir buscando maneras de cuidar por el más necesitado.
Oremos: Dios de Gracia, nos has creado de tal manera que, en el fondo, estamos conectados con todos tus hijos alrededor del mundo. Personas de cada nación, hablando cada idioma, y de cada raza son creadas y amadas por ti. Al abrirles nuestros corazones, que podamos también notar que estamos abriendo nuestros corazones a ti. Llénanos de nuevo con tu amor, para que sea nuestro para compartir. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!