Integras en el Alma
Hoy estoy profundamente agradecido por aquellos de ustedes que han apoyado a la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza) con una donación financiera. La esperanza llega a los demás gracias a ti. ¡Gracias!
La carta de Santiago nos instruye: “Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.” A veces somos como la pareja que estaba sentado con algunos amigos y surgió el tema de terapia de parejas. Maria dijo: “Oh, Tom y yo nunca necesitaremos terapia. Tenemos una gran relación. Él estudio una maestría en comunicación en la universidad y yo tengo una maestría en teatro. “¡Él se comunica muy bien y yo solo actúo como si estuviera escuchando!”
Una de las personas más sabias que he conocido fue una monja católica de edad que había servido en todo el mundo. Yo la conocí en un centro de retiro católico en Ginebra. Ella tenía una gran presencia. Cada palabra que pronunciaba era cuidadosamente elegida, y ella realmente se tomó el tiempo para conocernos a cada uno personalmente. Yo estuve allí con un grupo de estudiantes – la mayoría de nosotros estudiando para ser pastores. Ella nos recordó que el mejor regalo que le puedes dar a una persona es escucharla. No es estar escuchando mientras miras televisión, o mientras piensas en lo que vas a decir a continuación. Es el tipo de atención donde puedes tomarte el tiempo para escuchar tanto las palabras que se dicen como los sentimientos que están detrás de esas palabras.
El académico y pastor presbiteriano Eugene Peterson hace eco de estos pensamientos. Él escribió una vez: “Integras en el alma el espíritu de otra persona al escucharlos, no respondiendo a ellos.”
Que hoy seas lento para hablar y listos para escuchar. Que puedas dar a las personas que te rodean el regalo de alguien a quien le importe lo suficiente como para escuchar.
Oremos: Oh Señor Dios, hemos dicho algunas cosas que desearíamos no haber dicho. Todos sabemos de primera mano el dolor que las palabras pueden causar, y el dolor de las palabras guardadas o utilizada descuidadamente. Oro para que hoy sanes las viejas heridas que llevamos, pero luego trasládanos a lugares donde estemos más contentos a escuchar que de hablar. Recuérdanos del valor y la gracia que se le da a un oído atento. Gracias por escucharnos este día. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!