Viviendo Nuestra Fe
Un hombre que no estaba familiarizado con el Cristianismo estaba acompañando a un misionero Cristiano a su nuevo puesto en África. El misionero había estado tratando de explicar el mensaje Cristiano a su nuevo compañero, pero el hombre estaba teniendo problemas en comprender cómo Jesús podía haber venido a morir por personas que lo odiaban.
En algún punto de su viaje, el vehículo en que viajaban empezó a tener algunos problemas mecánicos y tuvieron que detenerse junto a la carretera. No había mucho tráfico, pero cuando un camión que, con dos ocupantes masculinos, finalmente pasó, ellos hicieron señales para detenerlo. El camión no se detuvo.
Después de un rato, al revisar y tocar algunas piezas del motor, el misionero fue capaz de encender el vehículo. No habían avanzado mucho cuando se encontraron con el mismo camión que no se había detenido a ayudarles, ahora estancado en la carretera. Afuera estaban los dos hombres que no se habían detenido.
El acompañante del misionero dijo: “Ahora podemos enseñarles a esos tipos como se siente. No se detuvieron ante nuestras señales y ahora nosotros no nos detendremos.” “No,” dijo el misionero. “No podemos ignorarlos. Ellos están necesitados. Debemos de detenernos y ayudarles.”
Después que se detuvieron a ayudar y reiniciaron la marcha, el hombre que había estado tratando de entender el Cristianismo dijo: “Ahora empiezo a entender al Jesús del que has estado hablando.”
Es posible que hayas escuchado la expresión: Tus acciones hablan tan alto que no puedo escuchar lo que dices. No hay duda de que nuestras acciones proclaman nuestra fe de una manera que las palabras nunca pueden hacerlo.
Oremos: Te alabamos a ti, Oh Dios. Te amamos, te alabamos, creemos en ti, te adoramos. Tú conoces nuestros corazones. Y por tal razón el día de hoy pedimos tu gracia para que nuestro amor pueda encontrar su expresión más plena en la forma en que vivimos. Concédenos el valor de vivir nuestra fe en nuestros lugares de trabajo y de diversión, en nuestras relaciones con nuestras familias y amigos e incluso con nuestros enemigos. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!