Un Corazón de Gratitud
Rev. Keith Wagner escribió recientemente sobre una vieja leyenda: Un hombre que se encontró con un gran granero rojo después de divagar por días en un bosque en la oscuridad. Él estaba buscando refugio de los aullidos de una tormenta. Entró en el granero y sus ojos estaban acostumbrados a la oscuridad. Para su asombro, descubrió que éste era el granero donde el diablo guardaba su almacén de semillas. Eran las semillas que eran sembradas en los corazones de los seres humanos. El hombre tenía curiosidad y encendió un fósforo. Comenzó a explorar en el montón de cajas de semillas a su alrededor. No pudo evitar notar que la mayoría de las cajas se leía: “Semillas de Desánimo.”
En ese momento uno de los ayudantes del diablo llegó a recoger una carga de semillas. El hombre le preguntó: “¿Por qué la abundancia de semillas de desaliento?” El ayudante se rio y respondió: “Porque son tan eficaces y se arraigan rápido” “¿Crecen en todas partes?” Preguntó el hombre. En ese momento el ayudante del diablo se puso muy malhumorado. Miro fijamente al hombre y dijo: “No. Parece que cuesta que crezcan en el corazón de una persona agradecida.”
No hay duda de que las semillas del desaliento están realmente por todas partes. Pero también parece ser cierto que cuando reflexionamos, aunque sea por un momento breve sobre nuestras bendiciones, es difícil sentirnos desanimados por mucho tiempo.
Hoy, traigo a mi mente a quienes amo y aprecio. Escucho el canto de los pájaros y siento la brisa fresca de la mañana. Recuerdo la sonrisa de un amigo, la risa de mis hijos, y las promesas de nuestra fe. Y siento una profunda gratitud.
El místico Cristiano del siglo XIV, Master Eckhart escribió una vez: “Si la única oración que puedas decir es gracias a ti, eso será suficiente.”
Nuestra oración de hoy fue escrita por Ambrose de Milán – en algún momento a finales del siglo IV. Oremos: Oh Señor Dios, tú eres mi medicina cuando estoy enfermo. Tú eres mi fuerza cuando necesito ayuda. Tú eres la vida misma cuando temo a la muerte. Tú eres el camino cuando anhelo el cielo. Tú eres la luz cuando todo está oscuro. ¡Tú eres mi comida cuando necesito alimentos! ¡Gracias a ti! Amen.
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