Tu Propia Historia
Cuando estaba en el Seminario, una tarde estábamos hablando de nuestras historias, de la forma en que Dios había tocado nuestras vidas. Y, surgió la pregunta: ¿Cómo tú fe hace la diferencia en la forma que vives? Yo tenía un amigo de una denominación más conservadora que tenía un gran sentido del humor. Cuando llegó su turno dijo, “Esto es lo que necesitas saber acerca de mí. Yo no bebo, no bailo. Yo no maldigo, y no mastico tabaco. ¡Y, yo no salgo con chicas que lo hacen!
Después de la broma, él prosiguió diciéndonos la forma en que Dios lo ayudó por un momento difícil en su vida. La verdad es que puede ser muy poderosa para pensar en su propia historia. ¿Cómo Dios ha tocado tú vida?¿Ha habido intersecciones o puntos de inflexión, momentos de celebración o una tragedia en que te has dado cuenta de la presencia de Dios? El día de hoy, los invito que piensen una vez más acerca de sus propias historias, de tú propia fe. Escríbelo o compártelo con un amigo. ¡Y, sobre todo, dar gracias!
Oremos: Dios de nuestras vidas, te damos gracias por esos momentos en los que tu presencia ha estado con nosotros en medio de la vida cotidiana, momentos en los que te hemos necesitado más. El día de hoy, recuérdanos una vez más de tu gracia, tu misericordia, tu providencia, y que tendremos una buena esperanza para el futuro. Confiamos en que el futuro está en tus manos, y estamos agradecidos.
Hoy oramos especialmente por aquellos que necesitan una medida adicional de esperanza: por las parejas que están atravesando por la separación, por los trabajadores de cuidados paliativos y los capellanes y los cuidadores de todo tipo; por los que sirven en las fuerzas armadas y están lejos de casa, y por aquellos que esperan en casa por ellos. Tócalos el día de hoy con tu gracia. Otorga a cada uno de nosotros tú esperanza, por medio de Jesucristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!