Tomando Nuestra Parte
Ayer compartí algunas reflexiones personales sobre ser una iglesia. Aquí hay algunos más.
Pienso en la iglesia, pienso en un momento de mi propia vida en el que sentí una profunda necesidad. Llegando a un santuario tranquilo para orar temprano un domingo por la mañana. Y una de las personas de tercera edad, Roger Tompkins, entró, se sentó y me rodeó con el brazo. Me preguntó si podía orar por mí…
Cuando pienso en la iglesia, pienso en 100 niños en el edificio de nuestra iglesia para la Escuela Bíblica de Vacaciones el verano pasado. Muchos de estos niños no pondrán un pie en el edificio de una iglesia en ninguna otra época del año. Y yo pienso en pequeñas semillas de fe…Eres amado…
Cuando pienso en la iglesia, pienso en personas como Jim Pellot, quien en su jubilación trabajó ampliamente como voluntario en la Asistencia a Desastres Presbiteriana. Pienso en Bob Gamble y su trabajo con niños en Ucrania.
Pienso en un día de trabajo que tuvimos con una iglesia afroamericana en nuestra comunidad a principios de este año. En un momento en el que hay tanta desunión y división, pienso en algunos de nosotros armados con brochas, martillos y espátulas, trabajando juntos a través de divisiones culturales no insignificantes.
Cuando pienso en la iglesia pienso en las personas difíciles que he conocido a lo largo de los años. Pienso en personas con problemas graves. Y pienso en los momentos en los que he sido difícil y he tenido serios problemas. Y aún así tenía un lugar en la mesa…
Cuando pienso en la iglesia, pienso en el momento en que estaba sentado dentro de la Catedral San Gil el verano pasado en Escocia. Nos dijeron que cuando John Knox se convirtió en pastor allí en 1560, la iglesia ya tenía 400 años. El año que viene celebrarán su 900 aniversario. Me pregunto si mi abuelo había orado allí cuando visitó Escocia…o tal vez mi bisabuelo…
Cuando el coro comenzó a cantar, en un domingo de Pentecostés, pude sentir las lágrimas brotar de mis ojos. Pensé en generación tras generación tras generación alabando…Y recordé que simplemente estoy tomando mi lugar en esta larga fila, que soy parte de algo mucho más grande que yo, y que la iglesia seguirá viviendo mucho después de que yo ya no esté presente en esta tierra. Y, sin embargo, mientras yo estoy aquí, mientras ustedes estén aquí, tenemos un papel que desempeñar…Todos tenemos algo que ofrecer.
Oremos: Únenos amado Dios, para que seamos fortalecidos y sanados para servirte a ti y a este mundo que tanto amas. En el nombre de Cristo. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!