Soy un Hijo de Dios

Hace varios años, cuando estaba al servicio de una iglesia en Jacksonville, casi todos los domingos, la directora del ministerio de los niños dirigía el momento de los niños. Y, casi todos los domingos, ella les preguntaba a los niños: “¿Quién eres?” Y, ellos respondían al unísono: “¡Soy un Hijo de Dios!” Esto sucedía casi todos los domingos: “¿Quién eres?” ¡Soy un Hijo de Dios!”

Una de nuestras familias en Cristo terminó mudándose a Indiana. El padre tenía que aceptar una transferencia de trabajo y, por supuesto, estábamos tristes de verlos ir. Unas dos semanas después de que se mudaron, la mamá me llamó. Ella dijo: “Tengo que contarte una historia divertida. La semana pasada fuimos a visitar la nueva escuela de Abby para inscribirla (Abby es su hija y era alumna de segundo grado). Y cuando nos reunimos con la directora, ella era tan dulce, se inclinó, miró a Abby a los ojos y le preguntó: “¿Y quién eres, jovencita?” Y Abby respondió a viva voz: “¡Yo Soy hija de Dios!”

¡No es eso genial! Espero que Abby nunca se olvide de eso. Y espero que tampoco tú te olvides de eso.

En Isaías, Capítulo 43, leemos: “Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre, tú eres mío…”

Oremos: Te damos las gracias, Oh Dios, por habernos llamado por nuestro nombre y reclamarnos como tuyos. Recuérdanos, especialmente a través de las tribulaciones de la vida – que en la vida y en la muerte – te pertenecemos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!