Sosteniendo Todo
El otro día estaba escuchando el On Being (Siendo) Podcast con Krista Tippet. Fue una conversación interesante que tuvo con Sharon Salzburg, que es profesora de meditación budista. Sharon estaba hablando de su trabajo ayudando a los padres y otras personas que perdieron a sus seres queridos después del tiroteo en la Escuela Secundaria Parkland. Y relató que cuanto estaba allí enseñando, trabajando con dichos padres, ayudándolos con su dolor, alguien en la sala levantó la mano y dijo: “me siento muy rara, porque estoy teniendo una experiencia increíble, aprendiendo sobre conciencia plena y meditación y estando contigo, y sé que la única razón por la que está sucediendo es porque pasó algo horrible…no sé cómo superar eso, estar con eso.” Y Sharon dijo: “No sé si alguna vez lo superaremos, pero aprenderemos a sostenerlos a los dos a la vez.” La alegría y la tristeza. La luz y la oscuridad. El dolor y la alegría de la vida tal y como viene. Está todo ahí. Todo es real.
Yo estaba escuchando esto, y no pude evitar pensar en los salmos, que realmente hacen un hermoso trabajo al mantener todo junto. Hay este reconocimiento: Sí, hay dolor. Sí, hay necesidad. Pero incluso en medio de eso, hay bondad y belleza. Incluso en medio de la oscuridad, surge una alabanza.
Y, por supuesto, esto no es un elogio para la situación. No alabamos el cáncer ni los tiroteos en las escuelas. No elogiamos la demencia o una pandemia. Pero podemos alabar incluso en estas circunstancias…porque Dios está con nosotros, a través de todo.
En última instancia, esa es nuestra esperanza. Como mencioné ayer, esta no es una esperanza de que escaparemos de las dificultades de la vida. No hay promesas de eso en la Biblia. Pero es una esperanza en el Dios que está con nosotros en medio de todo…en la alegría y el dolor, la risa y las lágrimas, lo trágico y lo impresionantemente hermoso. Es una esperanza en el Dios que lo sostiene todo y que nos sostiene a nosotros, desde el momento del nacimiento hasta el momento de la muerte, y más allá…
No sé por lo que estás pasando en tu vida en este momento. Pero oro para que conozcas la presencia, la gracia y la paz de Dios en el centro mismo de tu ser. Que pongas tu esperanza en Aquel que te sostiene – incluso ahora.
Oremos hoy con el salmista: Tu poder y tu justicia, Oh Dios, alcanzan los altos cielos. Tú que has hecho grandes cosas, Oh Dios, ¿Quién como tú? Tú eres nuestra roca de refugio…Tú eres nuestro fuerte refugio. Ayúdanos a confiar, y a cantar siempre alabanzas. En el nombre de Cristo. Amén.
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