Sin Expectativa de una Retribución
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio…” comienza la declaración más familiar en las Escrituras. Dar es como el amor se expresa así mismo. Dar es de amar lo que comer significa para el hambre. La prueba de amor es que da incluso cuando no hay expectativa de una retribución. Ann Lamott escribió sobre un niño de ocho años que tenía a una hermana menor que se estaba muriendo de leucemia. Le dijeron que sin una transfusión de sangre ella podría morir. Sus padres le preguntaron si podían analizar su sangre para ver si era compatible con la de su hermana. Él dijo que por supuesto. Sometieron la sangre a análisis y fue compatible. Luego le preguntaron si le daría a su hermana un cuarto de su propia sangre, que podría ser su única oportunidad de vida. Él dijo que tendría que pensar sobre ello por la noche. Al día siguiente, les dijo a sus padres que estaba dispuesto a donar la sangre. Ellos lo llevaron al hospital; lo pusieron en una camilla junto a su hermana, de seis años de edad. Ambos estaban conectados vía intravenosa. La enfermera extrajo un cuarto de sangre del niño, el cual se le dio a su hermana. El niño permaneció en silencio mientras la sangre que salvaría a su hermana goteaba de la intravenosa hasta que el doctor vino a ver cómo estaba. Entonces el niño abrió los ojos y preguntó: “¿Qué tan pronto hasta que empiece a morir?” El amor nunca es completamente amor hasta que da – incluso cuando no hay expectativa de una retribución.
Oremos: ¡Amado Dios Cuan Grande Eres! Tu amor por nosotros en Jesucristo está más allá de nuestra imaginación más salvaje. Gracias por el pacto del arco iris de tu amor incondicional y por caminar con nosotros a cada paso de la vida. Ahora escucha nuestra miopía, nuestra inseguridad, nuestro orgullo de que podemos aprender a amar sin ninguna expectativa de retribución…como el niño que pensó que iba a morir al darle un cuarto de sangre a su hermana. Que el aliento gentil de tu espíritu renueve cada parte de nuestro ser para que podamos llegar a ser más como Jesús, en cuyo espíritu oramos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
Daily Message Author: El Rev. Dr. Roger Kunkel
(November 24, 1934 – June 29, 2011) Biografía