Sembrando Semillas
A lo largo de los años de ministerio, en mi tiempo libre, realmente he llegado a disfrutar estar involucrado en proyectos en los que realmente puedo ver los resultados: cortar el césped, arrancar el revestimiento viejo de una casa y luego reemplazarlo, aplicar una nueva capa de pintura en las cosas, ofrecerme como voluntario para Hábitat. Creo que disfruto haciendo este tipo de proyectos no solo porque la mayor parte de mi día está aquí (en mi cabeza), sino también porque al final del día, puedo mirar hacia atrás y decir: “Listo”. Puedo ver los resultados.
Con tanto ministerio, no vemos los resultados. No vemos el impacto inmediato. A veces no hasta años después. A veces no lo vemos del todo.
Así que la parábola que Jesús cuenta sobre el sembrador, sembrando semillas realmente me habla directamente.
En esta parábola, Jesús presta mucha atención al fracaso inherente a la siembra de semillas. ¡Tres cuartas partes de los esfuerzos fallan! Y sin embargo…a pesar del fracaso, a pesar de los rechazos, a pesar de la semilla perdida, del tiempo perdido, de la energía perdida, al final hay una cosecha.
Jesús dice que el reino de Dios es así…
Lo que es claro en estas parábolas es que los resultados están fuera de nuestro control. Si una semilla crece, crece en su propio horario, no puedes forzarlo. A veces las personas responderán a nuestra invitación de venir a la iglesia…a nuestras oraciones por ellos…a nuestra generosidad, a nuestra compasión, a nuestra oferta de perdón. Y a veces no lo harán. A veces veremos el fruto de nuestro trabajo, pero a veces no. Pero como el sembrador, nuestro trabajo es seguir sembrando, dando pequeños pasos, sembrando pequeñas semillas…
El Arzobispo y Mártir del Siglo XX Oscar Romero escribió:
Esto es lo que somos:
Sembramos semillas que algún día crecerán.
Regamos las semillas ya sembradas, sabiendo que son prometedoras para el futuro.
Sentamos las bases que necesitaran desarrollo.
Proporcionamos levadura que produce efectos más allá de nuestras capacidades.
No podemos hacer todo y
hay una sensación de liberación al darse cuenta de eso.
Esto nos permite hacer algo y hacerlo muy bien.
Puede estar incompleto,
pero es un comienzo, un paso en el camino,
una oportunidad para que la gracia de Dios entre y haga el resto.
Oremos: Encuéntranos hoy, Oh Dios, en el punto más profundo de nuestra necesidad. Pedimos por sanidad, misericordia y gracia. Y luego, incluso mientras estamos siendo sanados, utilízanos como instrumentos de tu paz. Que las semillas que sembramos sean de bendición para ti. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!