Se Trata de Personas
El Apóstol Pablo a menudo escribió acerca de la iglesia como el Cuerpo de Cristo. En La Primera Carta a los Corintios, Capítulo 12, lo expresa de esta manera:
Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo.
¡Qué gran manera de pensar acerca de la iglesia! Muchas personas, cuando piensan en la iglesia, piensan en ella como un edificio, o un pastor o una institución. Pero Pablo dijo No, no, ese no es la forma. La iglesia, de alguna manera mística, es el cuerpo de Cristo. Jesús resucitó de entre los muertos. Jesús vivo. Su cuerpo, su obra, su ministerio – aquí en la tierra hoy – ¡en nosotros!
Recuerdo que, en una iglesia anterior, el hijo de una de nuestras maestras de preescolar y su esposo falleció, tenía solo unos días de nacido. Él había nacido con un tumor en el cuello. Y recuerdo haber ido a su casa y sentarme con ellos. Cuando llegué, durante mucho tiempo, ellos no querían hablar. Yo le pregunté si querían que me fuera y ella dijo, “No. Por favor quédate.” Así que nos sentamos. Ella y su esposo lloraron. Y nos mantuvimos sentados. Yo le pregunté si quería que orara. Y ella dijo, “En este momento no puedo orar. No puedo tener fe. Pero tú puedes orar por mí. La iglesia puede orar por mí. Ellos pueden sostener mi fe por mí…”
Y lo hicimos…Nos aferramos a su fe por ella. Oramos por ella hasta que pudo orar nuevamente por sí misma. Tuvimos fe en ella hasta que pudo regresar y mantenerla por sí misma.
Algunos de mis amigos dicen que no van a la iglesia porque luchan con la idea de la iglesia como institución. Yo también. Pero en el fondo, eso no es lo que somos. Son personas. La iglesia es orgánica y viva. Somos tú y yo, y nuestras vidas unidas a las vidas de otras personas. Cuando lo hacemos bien, puede ser hermoso, vivificante, e incluso sustentador.
Oremos: Dios de Gracia, te damos gracias por las personas en nuestras vidas que han caminado con nosotros a través de los altibajos, las alegrías y las tristezas de la vida. Oro hoy especialmente por aquellos que se sienten solos. Acércate a aquellos que te necesitan cerca. Y utiliza a cada uno de nosotros, incluso si nosotros mismos estamos siendo sanados, como tus manos, corazón y pies – juntos tu cuerpo, a través de Cristo nuestro Señor. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!