Sanando y Redimiendo el Mundo
Hay una historia divertida sobre un hombre que fue detenido por San Pedro en las Puertas de Perla. San Pedro le dijo: “No tan rápido. Ahora tenemos una nueva política. Nos tienes que decir que has hecho una buena acción.” El hombre dijo: “He hecho una buena acción. Una vez vi a una pandilla de motociclistas pelirrojos molestando a una anciana. Me acerqué al líder, le dije que debía de meterse con alguien de su tamaño, le di un puñetazo en el estómago y luego le pateé su motocicleta Harley.” San Pedro estaba impresionado: “Esa es una buena acción. ¿Cuándo hiciste esto?” El hombre respondió: “Oh, hace unos tres minutos.”
¡Es cierto que a veces nuestras buenas obras no valen! A veces se siente como si no fuesen apreciadas, o que realmente no hacen la diferencia.
Hay una línea de teología que enseña que al hacer buenas obras y ser generosos, compartimos la obra de Dios de sanar y redimir al mundo que nos rodea. Me gusta ese pensamiento. Me gusta la idea de trabajar junto a Dios por un mundo mejor.
A veces nuestros mejores esfuerzos se encuentran con resistencia o frustración. Sin embargo, tengo que confiar en que sí importan. Tengo que confiar en que suman. Y tengo que confiar que, en última instancia, marcan la diferencia.
Oremos: El día de hoy, amado Dios, te pedimos que hables profundamente en nuestras vidas. Ayúdanos a saber más allá de cualquier duda que estas con nosotros, que nos conoces, que te importamos. Empodéranos nuevamente para compartir tu amoroso poder redentor. Oramos para que venga tu reino a la tierra y a nuestras vidas, como lo es en el cielo, incluso ahora. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!