Sagrado, Antiguo y Profundo
En el vehículo asignado del trabajo, mi esposa Robbie tiene una calcomanía en el parachoques que dice: “Freno por Cementerios Antiguos”. Y efectivamente lo hace. A ella le encantan los cementerios antiguos y es un aspecto de su trabajo en el campo de la arqueología. Y así, a lo largo de los años, me he unido de vez en cuando.
Visitamos la tumba de Zora Neil Hurston mientras estábamos en Stewart Florida. Llevamos a nuestras hijas a ver el marcado contraste entre el Cementerio Evergreen y un antiguo cementerio Afroamericano en West Augustine (uno al lado de otro y se puede ver que la diferencia es marcada). Hemos caminado por los cementerios de toda Escocia y Francia, viendo las fechas. Y, a veces, cuando estoy ahí afuera, siento que estoy al borde de un lugar sagrado, antiguo y profundo.
Cuando acababa de finalizar la universidad, acepté un trabajo enseñando español en una escuela secundaria en las afuera de Carolina del Norte y de hecho me quedé un tiempo en una pequeña casa remolque, estacionada detrás de una iglesia Metodista en su antiguo cementerio. Recuerdo que el pastor me dijo, el día que me mudé: “¡Oye, al menos tendrás vecinos tranquilos!” En esa etapa de mi vida, los antiguos cementerios los sentía espeluznante…
¡Qué poco sabia yo!
También recuerdo una época, cuando tenía poco más de treinta años, junto a la cama de un feligrés justo en el momento de su muerte. Casi se podía sentir su espíritu abandonando su cuerpo. Fue un momento santo. Y nuevamente sentí que estaba al borde de algún lugar antiguo y profundo…
Sé que no nos gusta pensar en la muerte. Sin embargo, muchas de las grandes tradiciones religiosas, incluido el Cristianismo, alientan cierta medida de contemplación sobre el final de la vida. Lo sé por mí cuando recuerdo que un día ya no estaré aquí, esa reflexión me hace amar más intensamente, apreciar más profundamente a las personas que me rodean, y sentir más plenamente la belleza de la vida aquí y ahora.
El salmista ora: “Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.” (Salmos 90:12) Enséñanos a contar nuestros días para que podamos ganar perspectiva. Enséñanos a contar nuestros días y a recordar lo que verdaderamente es más importante en nuestras vidas. Enséñanos a contar nuestros días para que podamos volver a confiar en Aquel a quien pertenecemos.
Oremos: Dios eterno, te damos gracias por el regalo de la vida y por la belleza de vivir. Te agradecemos por los familiares y amigos que enriquecen la vida. Hoy, recordamos lo incierto y frágil que es todo, y depositamos nuestra esperanza en ti. Hoy recordamos que en la vida y en la muerte te pertenecemos, y nuestro corazón está agradecido; a través de Cristo nuestro Señor. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!