Sacar Fortaleza

En los últimos días, hemos reflexionado sobre la importancia del lamento y el dolor. Sabemos que, si lo enterramos, si lo guardamos todo dentro, a menudo vuelve a doler más en un futuro. Y puede salir de maneras extrañas. Por eso es importante estar de duelo.

Pero, también es importante no quedar estancado allí.

Hace varios años, había una mujer en la iglesia a la que servía que había perdido a su esposo. Ellos llevaban casados cincuenta y tantos años. Y al principio, no pensé que ella iba a sobrevivir a la pérdida. Durante más de un año, ella rara vez salía, cada vez que la veía, era como si el mundo se le acababa. Solo puedo imaginarme después de 50 y tantos años la pérdida, el agujero que debe haber allí.

Pero luego, en algún momento, creo que fue cerca del segundo aniversario de la muerte de su esposo, ella dio un giro. Ella se involucró en nuestro Programa del Ministerio Stephen en nuestra iglesia. Ella recibió 50 hora de capacitación en el ministerio pastoral laico, y se convirtió en alguien en que confiaba para caminar con otras mujeres que estaban pasando por lo mismo.

No sé qué marcó la diferencia para ella. Pero en un momento ella me habló de esta escritura en el evangelio de Mateo, donde Jesús dice: “Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.” Ella me dijo que la palabra consolado, en el idioma inglés es comfort, proviene de dos palabras latinas, Cum Fortis – con fortaleza.

Y vi eso en ella. Había llorado y llorado, tal vez por demasiado tiempo. Pero debido a que ella había pasado por eso, estaba con fortaleza. Y era el tipo de fortaleza que ella podía utilizar para ayudar a otras a superar el duelo. Pensándolo bien, creo que funciona en ambos sentidos. Al salir a servir a los demás, distrajo su mente de su dolor. Y al hacer una contribución, ella encontró una alegría más profunda.

Mi oración para ti hoy es que, en los momentos de pérdida, cuando te encuentres recogiendo los pedazos, realmente te tomes el tiempo para estar de luto y lamentarte…Pero no te quedes estancado ahí. Que puedas celebrar las pequeñas victorias. Sacar fortalezas de tu experiencia, y utilizar dicha experiencia para cuidar a los demás en el camino.
Oremos: Sánanos, Oh Dios, para que seamos instrumentos de sanación. Te lo pedimos en el nombre de Cristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!