Rehacer
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M.H. Schubert comparte la historia sobre un grupo de pescadores, en las tierras altas de Escocia, que periódicamente se reunían para el té y compartían sobre la pesca del día. Cuando una mesera dejó una taza de té sobre la mesa, ellos accidentalmente lo empujaron contra la pared, realmente dejó una mancha fea. Uno de los invitados, al notar lo que pasaba, se levantó y fue a la pared. Tomó un crayón y comenzó a dibujar alrededor de la mancha. Increíblemente, emergió una hermosa obra de arte – una imagen de un ciervo con magníficas astas. El artista resultó ser Sir Edwin Landseer, uno de los pintores más respetados de Inglaterra.
El punto de Schubert al contar la historia es que, si un artista puede transformar una mancha antiestética en una obra maestra hermosa, piensa lo que Dios puede hacer con nuestros errores y fracasos del pasado.
Es verdad. Adoramos a un Dios que no desperdicia nada.
A veces nos desesperamos de nuestro pasado. A veces no podemos dejar de lado los errores que hemos cometido o los eventos que nos sucedieron. A veces puede parecer que hemos desperdiciado meses o años. O bien, nos encontramos en una situación que pareciera no tener sentido.
Pero si estamos abierto a ello, si estamos dispuestos a aprender de ello, a crecer a partir de ello (a veces enmendando, a veces dejando de lado la ira, la amargura o la culpa, a veces simplemente confiando), Dios recogerá los pedazos rotos e incluso usará esta experiencia, estos quebrantamientos de manera inesperada y, a veces, incluso de formas hermosas.
Oremos: Dios amoroso y bondadoso, toma nuestros errores y nuestros fracasos del pasado. A medida que los coloquemos ante ti, te pedimos que nos sanes, nos fortalezcas y nos cambies cada vez más a tu imagen. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
