Promesa de Pascua
El pastor Phil Callaway cuenta sobre un momento en que conducía frente a un cementerio local, con su hijo de cinco años como pasajero. Por supuesto, los niños de cinco años a veces tienen una perspectiva interesante de las cosas. Al notar una gran cantidad de tierra junto a una tumba recién excavada, el niño señaló y dijo: “¡Mira, Papá, uno se salió!”
Calloway se rio en dicho momento. Pero, él escribe: “…cada vez que paso por un cementerio, recuerdo a Aquel que sí salió.” Y ese sería Jesús.
Es una afirmación bastante audaz, ¿verdad que sí? Es la afirmación de la Pascua que celebramos en esta época del año. Es una afirmación que tiene implicaciones mucho más allá de esa primera mañana cuando los discípulos encontraron la tumba vacía.
Mientras nos encontramos en el borde exterior de lo que ha sido una terrible pandemia, con todo el malestar social, la violencia, la terrible división que hemos experimentado durante el año pasado, recuerdo que la Pascua no es una promesa de que nuestras vidas o la iglesia o el mundo alguna vez volverán a ser como solían ser. No es la promesa de que la oscuridad y la incertidumbre serán eliminadas.
Más bien, la Pascua es una promesa de que el Poder que resucitó a Jesús de entre los muertos – ¡sigue obrando en ti, en la iglesia y en el mundo! Ese mismo poder te está llamando por tu nombre – y nunca te abandonará. Es el mismo poder que te abriga incluso en la eternidad; y que aún ahora busca hacer nuevas todas las cosas.
Oremos: Dios misericordioso, mientras continuamos a través de esta temporada de Pascua, te pedimos que resucites los lugares en este mundo y en nuestras vidas que aún se aferran a la muerte. Muévete profundamente dentro de nosotros para que podamos experimentar tu paz, tu gracia y tu amor. Empodéranos entonces para vivir de tal manera que podamos llevar esperanza a los demás. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor resucitado. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!