¿Por qué sigo a Cristo?
Ayer hice la pregunta: ¿Por qué empezaste a seguir a Jesús?
Recuerdo cuando enseñaba en la escuela de secundaria, antes de entrar al ministerio. De hecho, simplemente estaba sumergiendo los dedos de los pies en el agua de la fe. Estuve alejado de la iglesia durante años. Entablé amistad con otro profesor. Era un compañero surfista y tenía una fe bastante profunda. Recuerdo que a menudo pasaba las tardes y los fines de semana asesorando a un grupo de jóvenes, asistiendo a grupos de jóvenes y a partidos y jugadas de fútbol. Y esto no se debió a que recibiera una compensación adicional: no lo recibía.
Recuerdo haberle preguntado por qué..¿Por qué haces esto? Teníamos veintitantos años. Podríamos estar surfeando más. Podríamos estar pescando. Podríamos estar disfrutando el tiempo libre juntos. Y él dijo: Sabes que estos años de adolescencia pueden ser muy difíciles. Y con todo lo que están pasando, sé que les cuesta encontrar un lugar donde sentirse aceptados tal como son. Y si no lo encuentran, seguirán buscando; tal vez piensen que lo encontrarán con el alcohol o las drogas o con las personas equivocadas…Y creo que Dios los ama y los acepta, sin condiciones.
Yo dije: “Yo también creo eso.”
Él dijo: Entonces no podemos simplemente decírselo. Tenemos que demostrarles…
Sí. Yo también creo eso. No sólo niños…
En ese momento, fue una respuesta suficiente para hacerme pensar: Hay algo en esto. Años después, cuando estaba en el seminario, trabajé un verano como consejero para personas sin hogar a través de una misión en el centro de la ciudad de Atlanta. Uno de los otros consejeros también era un exadicto. Él había estado en la calle. Y él decía: “Es sólo por la gracia de Dios que estoy de este lado del escritorio…Y creo que si Jesús puede rescatarme a mí, puede rescatar a cualquiera…”
Puede rescatar a cualquiera…Yo también lo creo. Lo he visto.
Y recuerdo a muchas personas en las diferentes iglesias que he servido a lo largo de los años, que no vivían vidas perfectas, sino que intentaban alcanzar la compasión, la gracia y el perdón. A veces triunfando y otras fracasando. A veces apoyándose unos a otros, a veces no…pero he visto suficientes vidas tocadas, suficientes corazones cambiados, suficientes pasados sanados…Y he visto mi propia vida profundizándose, y mi propio corazón cambiar…lo suficiente como para creer que este camino con Cristo es un regalo.
Bueno, eso apenas comienza en explicar del por qué sigo a Cristo. ¿Y tú? ¿Por qué lo sigues?
Oremos: Gracias, Oh Dios, por darnos vislumbres de tu mano obrando a través de otras personas. Gracias por llamarnos a recorrer este camino con Jesús, un camino de gracia, sanación, compasión y paz. Sostennos y bendícenos en este camino, para que seamos una bendición para ti y para los demás. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!