Piense en Estas Cosas…
El muy amado himno, Hermoso Salvador, fue escrito en algún momento a mediados del siglo dieciséis por un autor anónimo. Apareció por primera vez en un himnario Jesuita en 1677. La persona que escribió tal hermoso himno obviamente tenía una profunda vida devocional.
Una vida que se centra en la belleza de Cristo es una vida puesta en perspectiva.
El Apóstol Pablo escribió: “Consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración – en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido. Y el Dios de paz estará con ustedes.
Una vez, una directora espiritual me dio dicho versículo para memorizarlo. Ella dijo: “Léelo una y otra vez, hasta que lo sepas en tu cabeza y lo sientas en tu corazón. ¡Y luego hazlo!
¡No es una mala receta!
Nuestra oración de hoy proviene del himno, Hermoso Salvador. Oremos: Hermoso Salvador, Creador de todo, Hijo de Dios y hombre, a Ti loor. A Ti sólo honraré, te reverenciaré de mi alma vida, sol y amor. Brilla con bella luz el sol y la luna. La luz de estrellas no tiene igual; Jesús es superior, Brilla con más fulgor que luz o ser angelical. Hermoso Salvador, Señor de todas las naciones, Hijo de Dios y hombre. Gloria y honor, alabanzas, adoración ahora y para siempre serán Tuyos. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
