Permite que la Gracia de Dios Llegue a lo más Profundo
Ellen Edwards Kennedy escribió una vez sobre sí misma: “Cuando empecé a tomar a Jesús en serio, comencé a mirar a una joven con desprecio. Me sentía un poco despreciada por ella mientras pensaba en su explosivo temperamento, su egoísmo, sus chismes maliciosos y la forma en que tomaba a su familia cariñosa como algo dado. Cada vez que la mencionaban, no podía pensar en algo bueno que decir.”
“Pero un día mientras hojeaba un viejo álbum de fotos llenas de fotos de ella, el espíritu de Jesús habló a mi espíritu y me dijo (acerca de esta joven), “Siempre la he amado, a pesar de sus fallas, y la he perdonado. Quiero que tú también la perdones y la ames.”
“Mientras miraba el rostro joven en las fotos, mi corazón estaba lleno de compasión por la chica. A lo largo del camino en busca del significado de vida, había cometido muchos errores. Dios me dio un amor gentil para ella y la capacidad de perdonarla. Ese momento de sanación cuando decidí perdonarla y amarla también me dio una nueva fuerza y libertad para amar a los demás como nunca antes…porque la joven en las fotos era yo.”
A veces la persona más difícil de perdonar es a nosotros mismos.
Que reconozcas en la parte más profunda de tu ser que no hay nada en este mundo que pueda separarte del amor de Dios. Dios te ha perdonado. Que a su vez tú puedas perdonarte y amarte a ti mismo.
Oremos: Que tu gracia se derrame sobre nosotros nuevamente en este día. Que tu gracia, misericordia y paz llegue a lo más profundo de nuestras almas, para que estos regalos sean nuestros para compartir. Lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!