Pequeñas Victorias

Yo nunca olvidaré el momento en que fui a surfear con un buen amigo quien había estado fuera del agua por más de un año y medio. Él se había accidentado, mientras surfeaba, y ha tenido dificultadas en recuperarse. De hecho, el dolor era tan intenso, por un buen tiempo, que actividades ordinarias como subiendo unas escaleras o sosteniendo a su hijo se hicieron imposible. Él es un hombre joven, por tal razón se pueden imaginar la desesperación que tuvo que haber sentido.

El día que finalmente pudimos volver a surfear era santo. Marcó el fin de un largo tramo de recuperación. Él dijo que se sintió como un bautismo – un renacer. Las olas no eran geniales – pero celebramos. Teníamos que celebrar.

Como seres humanos, necesitamos celebraciones. Es cierto, la vida no siempre tiene tales finales felices. Pero, hay pequeñas victorias a lo largo del camino – aún en las circunstancias más calamitosas. Hoy, que Dios te dé pequeñas victorias en tu propia vida – y en las vidas de quienes te rodean. Que dichas victorias puedan darnos valor. Y, cuando sea posible, ¡que puedas celebrar!

Oremos: Amado Dios, te agradecemos por los momentos en que hemos experimentado sanación, compasión, cambio de situación o un cambio de opinión para bien. Te agradecemos por los destellos de tu amor y de la divina providencia. Cuando notamos tu mano en acción, somos sostenidos por la esperanza. Pero el día de hoy admitimos que hay momentos en que la vida se siente oscura, cuando no podemos ver más allá de nuestros problemas, y en donde la desesperación empieza a arrastrarse hacia nosotros. Encuéntranos en dichos momentos. Llénanos con valor y fuerza. Recuérdanos de tu gracia y concédenos nuevas esperanzas, aun cuando nos llenes con una vida nueva. Amén

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!