Paz más Profunda

Al prepararnos para el Adviento, como aspecto de la adoración, adornamos nuestro santuario. Agregamos verdor. Adornos de la temporada navideña. Instalamos el pesebre. Y reflexionamos sobre el simbolismo de cada elemento.

Sé que algunos de ustedes también habrán comenzado a prepararse en sus propios hogares. Por lo general, en esta época del año, muchos de nosotros comenzamos a colgar luces navideñas, compramos regalos, planificamos fiestas y el resto de las tareas propias de esta época del año.

Yo sé que esta época del año puede ser difícil para muchas personas. Y verdaderamente para todos nosotros, si no lo hacemos intencionalmente, la temporada simplemente sucede. Se vuelve borrosa. Y nos perdemos de la mayor profundidad que tiene para ofrecer. La Navidad llega y se va sin apenas pensarlo dos veces, ante el Niño Jesús que viene ofreciendo una paz más profunda.

Todo esto plantea las preguntas: ¿Cómo pasamos de lo ocupado y superficial a lo sagrado y significativo? ¿Cómo navegamos por la soledad y el aislamiento que muchos sienten?

Yo creo que las respuestas pueden parecer diferentes para cada uno de nosotros. Pero sí creo que las preguntas merecen cierta reflexión. Y sí confío en que, en las mismas preguntas, en el mismo deseo, Cristo se reúne con nosotros.

Oremos: Amado Dios, hoy reclamamos la promesa de que lo que comenzaste en la mañana de Navidad, hace más de 2,000 años, algún día lo llevarás a término. Mientras anhelamos tu paz, mientras anhelamos por un significado más profundo, encuéntranos en nuestro anhelo. Y luego, ayúdanos a tomar decisiones y compromisos que reflejen dicho anhelo. Encuéntranos en este tiempo santo, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!