Paz
Se ha dicho que la bañera y el teléfono se inventaron en 1850 y 1875, respectivamente. “Solo imagina, podrías haberte sentado en la bañera durante 25 años sin que el teléfono sonara.” Siempre sucede, ¿verdad que sí? Justo cuando crees que tendrás algo de paz y tranquilidad, el teléfono suena, o el bebé llora, o tu cónyuge necesita ayuda con algo. La paz es un bien valioso y a menudo escurridiza.
Dante, uno de los grandes escritores del Renacimiento, fue exiliado de su hogar en Florencia, Italia. Deprimido, decidió caminar de Italia a París, donde podía estudiar filosofía, en un esfuerzo por buscar el sentido de la vida. Una noche a lo largo de su viaje, Dante, cansado de sus viajes, tocó la puerta del Monasterio de Santa Croce. Un hermano malhumorado finalmente atendió la puerta. Abrió abruptamente la puerta y con voz ronca preguntó: “¿Qué quieres?” Dante respondió en una sola palabra: “Paz.”
Me pregunto dónde encontrar la paz. Para algunas personas puede ser un paseo en la naturaleza. Para otros, unos minutos de silencio por la mañana. Para otros aún, podría ser caminar por las montañas, jugar en el océano, adorar en un hermoso santuario, o simplemente quedarse quieto. Donde quiere que sea para ti, espero que encuentres tiempo para “desconectarte” del mundo ocupado que te rodea, deja de lado las preocupaciones y el estrés del día, y recarga tu alma.
Oremos: Amado Dios, en el fondo anhelamos por una vida centrada y renovada. Inspíranos a reservar un tiempo para disfrutar de la belleza del momento presente. Y mientras lo hacemos, que nos podamos encontrar rodeados de tu paz. Que desde esa paz vivamos y sirvamos; a través de Cristo. Amén.
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